Están detenidos de manera indefinida, sin juicio y sin cargos.
28 de abril 2004.
Washington (EFE).- La Corte Suprema de Estados Unidos comenzó a examinar este miércoles los casos de dos estadounidenses detenidos en una prisión militar sin que se les haya presentado cargos, a los que el gobierno del presidente George W. Bush considera "combatientes enemigos".
Se trata de Yasser Hamdi, capturado en Afganistán a fines de 2001, y de José Padilla, detenido en el aeropuerto de Chicago en mayo de 2002.
Los dos se encuentran recluidos en la base militar de Charleston, Carolina del Sur. Ambos son ciudadanos estadounidenses, pero al igual que con los presos de Guantánamo, están detenidos de manera indefinida, sin juicio y sin cargos.
Por eso, al igual que el caso presentado la semana pasada sobre los prisioneros en la base de Guantánamo, la Corte analiza en este proceso los límites del poder ejecutivo.
Cuestionamientos
¿Cuál es el equilibrio legal que debe existir entre los derechos de una persona y la seguridad nacional?, será una de las cuestiones que analizarán los magistrados.
El resultado de estos casos, además, podría sentar un importante precedente legal sobre los parámetros que debe seguir el gobierno en la "guerra contra el terrorismo".
Según la organización Amnistía Internacional, el gobierno debe seguir el camino legal cuando arresta a cualquier persona.
"La detención militar extrajudicial de ciudadanos estadounidenses es una ampliación sin precedentes del poder ejecutivo, y burla principios fundamentales del derecho internacional", señaló AI en su página de Internet.
Se espera que la Corte Suprema de a conocer su decisión en junio.
Por su parte la directora de Relaciones Gubernamentales de esta organización explicó que no se trata de limitar la lucha contra el terrorismo, pero que tampoco se debe hacer frente a al-Qaeda u otras amenazas, anulando las normas y privando a las personas de sus derechos esenciales.
Fuera de la Corte, se reunieron otros grupos de defensa de los derechos humanos e hicieron una parodia sobre como el presidente Bush "hace caso omiso a la constitución estadounidenses cuando se trataba de proteger la seguridad nacional", mientras alguien disfrazado de Thomas Jefferson se revolvía en su tumba.