La administración de Fox eroga 294 mil millones de pesos más respecto al Gobierno de Zedillo.
MÉXICO, DF.- El aumento en el gasto corriente del sector público registrado durante los primeros tres años del Gobierno de Vicente Fox equivale a dos y media veces la recaudación que se buscaba con la Reforma Fiscal y que incrementaba el Impuesto al Valor Agregado (IVA) general a 15 por ciento.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, en la primera mitad del sexenio el gasto corriente del Gobierno Federal y las entidades públicas creció en 294 mil millones de pesos respecto a lo que se gastó en el último año de Zedillo.
La propuesta de Reforma Fiscal que Fox impulsó en 2001 permitía una recaudación adicional del orden de 120 mil millones de pesos, menos de la mitad de lo gastado adicionalmente.
Según Marcos Chávez, investigador del Colegio de México, alrededor del 90 por ciento de la recaudación adicional que se generaría por la Reforma Fiscal iba a ser destinada al costo financiero de la deuda pública y el resto a gasto en inversión o gasto corriente.
“Todo el intento de cambio de la política fiscal no es para aumentar el gasto social ni el productivo”, señaló.
Refirió que no cualquier incremento en el gasto corriente mejora el bienestar social, porque el gasto corriente se compone, en más del 50 por ciento, de sueldos y salarios.
Chávez criticó el aumento en el gasto corriente porque significa más un incremento en los ingresos que perciben los funcionarios públicos al haber una disminución en el empleo público federal.
Por concepto de nómina pública, el año pasado se gastaron 505 mil millones de pesos.
El presupuesto de Egresos estableció una plantilla de dos millones 914 mil 603 personas, lo que significa que se pagaron 173 mil pesos anuales por cada empleado público, un promedio de 14 mil 438 pesos al mes.
Laura Sour, especialista en finanzas públicas del Centro de Investigación y Docencia Económicas, señaló que los legisladores tienen la responsabilidad en la aprobación de mayores montos en el presupuesto presentado por el Ejecutivo.
“No está claro en el marco legal si el Presidente tiene poder de veto, o no, sobre el presupuesto y en ese sentido la figura presidencial pierde poder en elegir la política de gasto en este país”, dijo.
En otros países, explicó, los diputados pueden modificar el presupuesto en su composición, siempre y cuando no aumenten el déficit fiscal del Gobierno, mientras que en México pareciera que el Presidente forma parte del “staff” de los diputados, porque no hay un balance de poderes en ese sentido.
“Muchos de ellos (los diputados) no tienen el conocimiento técnico, deberíamos ser más exigentes en términos de lo que ellos pueden dejar que aprueben y qué no”.
Recordó que a los diputados se les ha presentado por parte de Hacienda un presupuesto austero que ellos mismos han modificado, lo que ha redundado en mayor gasto corriente del Gobierno.
