26 de enero de 2004.
México, (EFE).- Representantes de la Iglesia Católica en México se mostraron hoy dispuestos a excomulgar a cualquier mujer que utilice conscientemente la píldora del día después, un método anticonceptivo que tachan de "abortivo".
"Consideramos la modificación de la normativa como un insulto al pueblo de México, pueblo que cree, respeta y defiende la vida humana como fundamental en sus derechos humanos, y no puede sujetarse a dicha normativa", declaró el presidente de la Comisión de Salud de la Archidiócesis Primada de México, Jorge Palencia.
En rueda de prensa, el portavoz eclesiástico señaló que las autoridades sanitarias mexicanas deberían modificar la normativa aprobada el 23 de enero.
Agregó que la decisión de excomulgar a una persona no se haría por escrito, sino que es un asunto de sentido común y conciencia de cada persona bautizada.
En el mismo acto el coordinador de la Asociación Médicos Católicos de la Archidiócesis, Gustavo Rincón, advirtió de que con pastillas hormonales aumenta el riesgo de trombosis y el riesgo de que aparezca el cáncer de mama.
El representante médico considera que la píldora del día después es un método que se ha impuesto sin discusión a la sociedad mexicana y que deja sin capacidad de defenderse al nuevo ser.
En otro acto en contra de la legalización de este anticonceptivo, que en México se comercializa sin receta, portavoces del Comité Nacional Provida señalaron que habrá movilizaciones en todo el país si el ministro de Salud, Julio Frenk, no retira la nueva normativa.
La coordinadora diocesana de la Pastoral de Familias de la Archidiócesis de Guadalajara, Eva Mares, indicó que se ha enviado una carta a Frenk en la que se le "exige" que tome la medida.
Añadió que, desde esa instancia, "no podemos permitir que de una manera velada, se promueva el aborto oficialmente".
En otra rueda de prensa celebrada en el sureño estado de Chiapas, la delegada estatal de la misma asociación Provida, Rocío Veytia, denunció que al menos cada tres días hay un intento de aborto en el estado, uno de los más pobres del país.
No obstante recordó que las cifras podrían ser mucho más elevadas porque esta práctica se realiza en la clandestinidad y no trascienden siquiera las muertes por los abortos.
Provida-Chiapas considera que la mayoría de las mujeres que desean abortar en este estado lo hacen porque creen que no pueden mantener a un niño más en sus familias, a diferencia de los motivos que hay en las ciudades, que están más ligados a la realización personal o a cuestiones profesionales.