Nueva York, (EFE).- El Museo Metropolitano de Nueva York exhibe a partir de mañana un importante conjunto de tapices y platería andina de la época colonial, en lo que se considera la muestra más amplia de este tipo organizada en Estados Unidos.
La exhibición "The Colonial Andes: Tapestries and Silverwork, 1530-1830" reúne 175 finos ejemplos de vestuarios, tapices y platería de uso doméstico y ritual de los incas, muchos de los cuales nunca se han mostrado al público en EU.
La exposición, organizada por las comisarias Elena Phipps y Johanna Hecht, bajo la asesoría de Cristina Esteras Martín, especialista en platería del período colonial, cuenta con préstamos de museos, iglesias y particulares de Europa, Sudamérica y EU.
El director del Museo, Philippe de Montebello, comentó que esta exposición representa "la más ambiciosa exploración del arte latinoamericano que haya realizado el Metropolitan desde la muestra Mexico: Splendors of Thirty Centuries", en 1990.
"Las obras que veremos aquí representan algunos de los mayores logros artísticos del virreinato de Perú (el Perú actual y Bolivia), muchas de los cuales han sido descubiertas recientemente gracias a los avances arqueológicos", agregó de Montebello.
En la muestra destacan unas vasijas de plata con escenas que detallan la transición del imperio inca al virreinato y que fueron recuperadas del buque español "Nuestra Señora de Atocha", que se hundió en las costas de Florida en 1622.
Además, se exhibe un tapiz de "La creación de Eva", que ilustra escenas del Viejo Testamento elaborado por tejedores andinos bajo el patronazgo de la orden jesuita y que refleja la introducción de la narrativa europea a la cultura de los Andes.
La exposición comienza con una introducción a la cultura del imperio inca y avanza hacia ejemplos de cómo los artistas coloniales integraron a sus tradiciones aspectos europeos para crear así un nuevo vocabulario artístico y explorar la nueva identidad andina.
Por ejemplo, un retrato del siglo XVIII del Cacique don Marcos Chiguan Topa, del Museo Inca en el Cuzco, ilustra cómo la elite indígena adaptó los símbolos de estatus e identidad inca y europea para reforzar su autoridad.
La influencia española en la artesanía inca comenzó con los libros, objetos de uso doméstico y productos textiles importados de España por los conquistadores y continuó con la instrucción de sacerdotes y artistas y artesanos europeos, así como con comisiones de los ricos colonizadores.
Estas mezclas derivaron hacia finales del siglo XVI en lo que se conoce como el barroco colonial, que se manifestó en una ornamentación recargada y en motivos y diseños de estilo renacentista.
Los artesanos andinos también absorbieron la influencia asiática, ya que los bienes comercializados con Asia y que llegaban a América a través de los galeones procedentes de Manila les despertaron la imaginación, hasta crear obras mucho más exóticas e híbridas.
En la muestra, esta inspiración asiática se refleja en un tapiz andino que muestra una imagen cristiana, pero que incorpora animales mitológicos chinos, así como en un envase para perfume hecho de plata y con forma de león que data del siglo XVIII.
La exposición también examina el arte producido por y para la Iglesia Católica en Perú, y que tiene como principal característica los diseños exhuberantes en plata aplicados a la decoración y objetos muy ricos en ornamentación.
Es el caso de un cáliz hecho de oro, plata y piedras preciosas en forma de pelícano y que proviene del Monasterio de Nuestra Señora del Prado, en Lima.
Pero la exhuberante mezcla de flora, fauna y variaciones locales de motivos importados de Asia y Europa y que se emplearon en los artefactos religiosos para ceremonias y liturgias también se extendió a objetos seculares o de uso doméstico.
En esta sección de la exposición destacan un poncho de diseño ricamente elaborado y una caja para guardar hojas de coca y yerba mate que data de alrededor de 1775.
Según los comisarios de la muestra, que cerrará el 12 de diciembre, la revaluación del arte colonial en años recientes celebra la naturaleza vital de los encuentros culturales entre Europa y los Andes y que se expresaron en el arte del período.