Por Eunice Martínez Arias
El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- En María Candelaria, Emilio ?El Indio? Fernández presentaba por primera vez en sus películas el tema de la inocencia y la pureza indígenas.
Corría el año de 1943, Dolores del Río y Pedro Armendáriz habían aceptado darle vida a María Candelaria y Lorenzo Rafael, una pareja de enamorados nativa de Xochimilco que tuvo que sortear la maldad de la gente, las supersticiones y su pobreza para estar unida.
Ese es uno de los filmes que mayor reconocimiento le dio a Fernández en su carrera en México y el mundo, por eso será proyectado hoy por la noche como parte del Homenaje que se le está realizando al afamado director al cumplirse el primer centenario de su nacimiento.
El complejo cinematográfico Cinépolis Cuatro Caminos cederá una de sus salas para que los laguneros tengan oportunidad de ver María Candelaria, la cual dará inicio en punto de las 19:30 horas. El costo será de 20 pesos por persona.
Desde hoy y hasta el próximo domingo, se proyectará una cinta de Emilio Fernández con el objetivo de que las nuevas generaciones conozcan su trabajo en el séptimo arte; mañana le tocará el turno a Pueblerina y el domingo diez al multipremiado filme Río Escondido.
De las cien películas que fueron elegidas como las mejores del Cine Mexicano, María Candelaria ocupa el lugar número 37; en ella la atractiva Dolores del Río deslumbró con su actuación después de regresar de Hollywood, haciendo el papel de la fiel y bondadosa mujer que está enamorada de Lorenzo Rafael.
A lo largo del tiempo, se ha llegado a comentar que María Candelaria fue el regalo que el ?Indio? Fernández ofreció a Dolores del Río para congraciarse por los malos tratos que tuvo hacia ella durante la filmación de Flor Silvestre (1943). En varias ocasiones, el temperamento bronco del ?Indio? había aflorado de manera violenta y la actriz había estado a punto de retirarse del rodaje, enojada por lo que ella consideraba un trato indigno de su categoría. Los ruegos de sus compañeros y su alto sentido del profesionalismo la habían convencido de regresar, pero su relación con el director se había tornado distante.
El viernes santo de 1943, onomástico de la estrella, fue la ocasión escogida por el cineasta para buscar la anhelada reconciliación. Además de necesitarla como artista, el ?Indio? comenzaba a quererla como mujer, relató el escritor David Ramón en su recuento biográfico sobre la actriz.