Como "candil de la calle, oscuridad de su casa" califica la dirigencia panista al gobernador.
El Siglo de Torreón
Saltillo, Coah.- La dirigencia estatal del Partido Acción Nacional demandó al gobernador de Coahuila esclarezca con que recursos pagará la apuesta que hizo con su homólogo de Sinaloa Juan S. Millán Lizarraga y enfatizó que Enrique Martínez y Martínez debe terminar con la campaña de promoción “simulada” que está efectuando en cadenas televisoras nacionales.
Como “farol de la calle, oscuridad de su casa” calificó Esther Quintana Salinas al gobernador del Estado, quien enfatizó “el señor Enrique debiera de atender Coahuila primero, en vez de andar haciendo ese tipo de apuestas”.
Declaró que no sería de su agrado, ni del resto de los coahuilenses que la “apuesta de juego” la saldara con recursos del erario público estatal y contrario a lo que en días pasados había mencionado a este medio vía telefónica, en esta ocasión la dirigente albiazul dijo que si la apuesta es pagada con dinero propio de Martínez y Martínez, “cada quien hace de lo suyo un papalote”.
“Habría que preguntarle a don Enrique, pero como escupa el dedo va a decir que si lo va a pagar del erario público, verdad; en fin son gajes del oficio y de una cultura de simulación que existe en México”.
A la par la dirigente estatal del PAN opinó de los spots televisivos donde el mandatario estatal a casi dada la media noche promociona a nivel nacional a Coahuila como entidad factible para inversión.
Quintana Salinas mencionó que los spots que se transmiten a través de la televisora del Ajusco son el claro ejemplo de la cultura de simulación que prevalece en el país y que ha envuelto a la mayoría de los mexicanos.
“Que tristeza que en México se tengan que hacer leyes para prohibir todo, y que no sea por propia convicción que en calidad de gobernante saber qué está bien y qué no, porque el señor de tonto no tiene un pelo”.
Puntualizó que pese a que la promoción del mandatario a nivel nacional no es completamente abierta es tan solo un “disfraz” ya que detrás de esto está la clara lectura del “placeo”.
