Tres menores murieron el pasado viernes en un accidente automovilístico.
Gómez Palacio, Dgo.- Para exigir la colocación de bordos, moderadores de velocidad, señalamientos y ajustes en los tiempos del semáforo, cerca de 200 personas bloquearon la carretera a Ciudad Juárez, a la altura de la entrada al Cereso. Los padres de los niños que fallecieron en un choque la tarde del viernes encabezaron la manifestación y fueron atendidos de inmediato por las autoridades municipales.
A las 10:30 horas se empezó a reunir la gente, en su mayoría mujeres y niños, vecinos de las colonias aledañas al Centro de Readaptación Social, sobre la avenida Niños Héroes.
Con llantas viejas por delante, se formó la valla humana que interrumpió el tráfico hasta la llegada al lugar de Jesús Reyes Espino, director de Tránsito y Vialidad, quien dialogó con Armando García, padre de los niños fallecidos y logró liberar la vía para escuchar las demandas.
Una cuadrilla de Obras Públicas se daba a la tarea de colocar bordos sobre la avenida Niños Héroes y tenían la instrucción de colocar moderadores de velocidad sobre la carretera.
“Ya perdí a mis tres hijos, lo aguanto sólo por mi esposa, sino ya no estaría aquí. Pedimos que se atienda el crucero para que no pasen más tragedias”, dice Armando García, médico de la Cruz Roja.
Sobre el desarrollo de las investigaciones en torno al accidente en la agencia del Ministerio Público, dijo: “No quiero que por influencias o dinero se perjudique al taxista. Mi mujer tomó el taxi afuera del súper La Lluvia, hay testigos”.
El citado súper se ubica sobre la avenida Niños Héroes, en el interior del sector habitacional aledaño al Cereso. “Yo esperaba a mi esposa en la Soriana, no es cierto que ellos ya venían del mandado. Espero que esto salga adelante y que los demás tengan conciencia en este tipo de accidentes”, señaló Armando García.
Habla el padre del conductor
Mientras la gente bloqueaba el crucero donde ocurrió el fatal accidente, en los pasillos de la Subprocuraduría de Justicia del Estado se encontraba Jorge Bernardino Becerra Martín, padre de Pablo Becerra Ulloa o Pablo Becerra Martínez de 21 años, señalado como el conductor de la camioneta Toyota.
Jorge Bernardino aseguró que su hijo no huyó del lugar de los hechos y tampoco abandonó a las víctimas: “Mi hijo auxilió a la señora y luego me habló por teléfono, de su celular salió la llamada al servicio de emergencias”.
Cuestionado sobre la ausencia de su hijo a la llegada de las autoridades, Becerra Martín señaló que la Cruz Roja tardó en llegar de 15 a 20 minutos, al igual que los de Tránsito y demás agentes. “Pablo se sentía mal, estaba lesionado y afectado emocionalmente por el choque; lo llevaron con el médico Guillermo Campos para que lo atendiera”.
Con los ojos vidriosos y la voz quebrada el padre de Pablo y dueño de la camioneta mencionó la existencia de un testigo que desde el momento del choque, les dijo a los tránsitos que los dos vehículos circulaban en la misma dirección, de sur a norte por la carretera a Ciudad Juárez, Chihuahua.
“Quiero que salga la verdad, si es prudente, mi hijo se va a presentar con un amparo, nunca huyó del lugar, se fue a recibir atención médica, yo me quedé en el accidente y le informé al perito el nombre de mi hijo, nunca se abandonaron a las víctimas”, señala Becerra Martín.
Testigo denuncia maltrato
Ismael Ramos Romo, de 32 años, figuró desde el momento del accidente como el primer testigo de los hechos. Ahora el encargado del expendio ubicado en la esquina noroeste del escenario del accidente, denunció públicamente maltrato y abuso de autoridad de dos ministeriales.
“Primero escuche un rechinón (sic), luego el golpe, cuando salí, vi que la luz del semáforo (en Niños Héroes) estaba en verde...” dice el testigo que narró los hechos desde que fue abordado por agentes de la Policía Ministerial que lo llevaron a la antesala de los separos.
“Me iban gritando chin..., yo les dije que no me trataran como delincuente, me callaban con codazos en la panza, les preguntaba que por qué me llevaban, que sí iba a declarar, pero que primero me citaran, no había comido y no me quisieron dar ni agua”.
Ramos Romo dice que también estuvo incomunicado, que su esposa lo fue a buscar y lo negaron. Cuando estuvo con el Ministerio Público la diligencia fue larga, al final firmó su declaración y dice que no la leyó toda. “Ya me quería ir, estaba fastidiado, tenía hambre y no me iban a dejar ir hasta que firmara”.
Peritos se abstienen
Julio Alejandro Silva Jiménez, agente del Ministerio Público, informó que la integración de la averiguación previa sigue y que desde la noche del sábado, el taxista Jesús de la Paz Cortés López, de 21 años, recuperó su libertad bajo reservas.
La determinación se llevó a cabo con la declaración de Norma García Camargo, madre de los pequeños y única sobreviviente del accidente. También declararon el taxista y el testigo Ismael Ramos.
Abordado durante la mañana del lunes 19 de abril, Silva Jiménez manifestó que tiene contemplado citar a declarar al dueño de la camioneta involucrada, quien es el padre del probable responsable. Becerra Martín acompañaba a su abogado que se entrevistó con el representante social para solicitar información pero no interpuso ninguna denuncia.
Juan Enrique Muñoz Rivas, titular de la oficina de Servicios Periciales de la Subprocuraduría de Justicia, informó que se reserva el dictamen pericial, pero no establece que el accidente sea concurrente, o sea, que la responsabilidad no es compartida.
La determinación se basa en que, apegado a la aplicación de métodos científicos que rigen en la criminalística, no se pude determinar si había o no luz roja en el semáforo sobre la carretera a Ciudad Juárez, aclarando que la medida no afecta la investigación del Ministerio Público.
Recuerdos...
Norma García se reconforta con Dios. Sentada en una silla de ruedas, la madre de los tres pequeños que fallecieron en un accidente vial la tarde del viernes, comparte los recuerdos de sus hijos. El silencio de su casa la abruma... extraña el ruido.
“Perdí a mis tres estrellas, mis ángeles, pero así lo dispuso Dios. Cuando íbamos en taxi, los niños iban peleando, Armandito se quería sentar en la ventanilla, decía que ya era grande”, dice la mujer de 33 años sin quebrar la voz.
La afligida madre revela tres secretos: la más grande (Cinthya de 11 años) quería ser médico forense, a la niña (Jessica de ocho años) le encantaba bailar, el más chico (Armando de cinco años) hacía de todo. “El mes pasado tuve un coma diabético, y él me ‘atendió’ ”.
Norma García Camargo laboró como socorrista de la Cruz Roja durante 15 años, estaba familiarizada con los accidentes. “Me tocó salvar muchas vidas, pero ahora Dios no me dejó que viera a mis hijos por última vez”.
Hoy Norma quiere que las secuelas del accidente no sean en balde y pide a la gente tomar conciencia a la hora de conducir, principalmente a los taxistas.
Respecto a las indagaciones de las autoridades de la Subprocuraduría de Justicia, la mujer señala: “Como humanos pueden cometer errores; hay gente que se puede corromper, pero confiamos en la verdad.
“...Le pido a los taxistas que no escondan los cinturones de seguridad abajo del asiento, a los padres que aseguren a sus hijos, que los choferes les pidan que se pongan el cinturón, que sean prudentes, que les apliquen exámenes antidoping”, fueron las peticiones de Norma García.