AGENCIAS
BAGDAD, IRAK.- El principal clérigo shiita de Irak instó a la Organización de las Naciones Unidas a no apoyar la Constitución provisional del país, colocando un obstáculo potencialmente serio a los planes estadounidenses de entregarle el poder a los iraquíes el primero de julio.
El ayatolá Ali al Sistani le dijo en una carta al representante de la ONU, Lakhdar Brahimi, que a menos que la ONU rechace la Constitución, boicoteará una próxima visita de un equipo de la ONU a Bagdad, con vistas a asesorar la formación de un Gobierno interino.
“El estamento de poder religioso shiita teme que las autoridades de ocupación trabajen para incluir esta Ley en una nueva resolución de la ONU para darle legitimidad internacional”, escribió Sistani, en una carta divulgada por su oficina.
“Advertimos que un paso de ese tipo no será aceptable para la mayoría de los iraquíes y tendrá peligrosas consecuencias”. Sistani ejerce gran influencia en la mayoría shiita de Irak.
Sus reservas postergaron durante días la firma de la Constitución provisional. Sus últimas críticas podrían poner en peligro el plazo de entrega de poder, o al menos socavar la legitimidad de un nuevo gobierno iraquí.
En su carta, Sistani dijo que la Constitución interina no es funcional porque establece un consejo presidencial de tres personas: un shiita, un sunita y un kurdo, quienes deberían tomar decisiones unánimes.
“Esto crea las bases del sectarismo. No se alcanzará un consenso a menos que haya presión de una potencia extranjera”, afirmó.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo la semana pasada que enviaría un equipo a Irak pronto, para ayudar en la formación de un Gobierno interino, a pedido del Consejo de Gobierno iraquí.
Algunos shiitas han criticado a Annan y Brahimi por un informe que escribieron, donde coincidieron con las autoridades estadounidenses en que no era posible realizar de inmediato las elecciones generales.
Sistani deseaba que esos comicios se realizaran antes del 30 de junio. Bajo la Constitución provisional, se efectuarán en enero de 2005.
Jornada violenta
Otra amenaza a una transición ordenada de poder, es la violencia que ha convulsionado a Irak desde la invasión encabezada por Estados Unidos hace un año.
Dos empresarios finlandeses fueron muertos a tiros mientras conducían por un túnel ayer en Bagdad en el último de una serie de ataques contra extranjeros. La cadena finlandesa YLE dijo que murieron cuando se dirigían al Ministerio de Electricidad.
En otro incidente, un guardia de seguridad iraquí fue muerto a tiros y tres resultaron heridos en la norteña ciudad de Mosul, cuando caminaban para su trabajo, dijeron oficiales de seguridad iraquíes. Un civil también resultó herido.
Un coche bomba suicida hirió a ocho miembros de los Cuerpos para la Defensa Civil iraquí, en las afueras de una base militar estadounidense al norte de Bagdad, dijo el ejército. Sólo murió el atacante.
En la sureña ciudad iraquí de Basora 13 soldados británicos resultaron heridos en explosiones, durante las protestas callejeras por la muerte del líder de Hamas Amhed Yassin, informó el Ejército británico. Ninguno corría peligro de muerte.
El secretario de Estado de Defensa, Adam Ingram dijo a los parlamentarios que de momento cuenta con escasa información de lo sucedido, pero que, al parecer, se registraron dos explosiones en la ciudad de Basora.
El Ejército estadounidense informó que una bomba plantada en una carretera causó la muerte de un soldado estadounidense y un intérprete iraquí cuando patrulllaban el oeste de Bagdad el domingo. Tres soldados estadounidenses resultaron heridos.
La muerte del soldado elevó a 396 el número de efectivos estadounidenses muertos en acción desde el inicio de la guerra.
Los insurgentes han matado a un número mucho mayor de policías iraquíes y paramilitares.
Y en el pueblo de Balad, al norte de Bagdad, fue asesinado el domingo el jefe de la policía, dijo un portavoz del Ejército estadounidense.