LONDRES, (Reuters).-Un equipo de exploradores alcanzó el miércoles el Polo Sur, después de convertirse en los primeros aventureros en seguir los pasos del pionero noruego Roald Amundsen.
Al completar la travesía en 37 días, establecieron un nuevo estándar para la ruta entre el pie de las montañas Trans-Antárticas y el Glaciar del Diablo, un camino que usó Amundsen para transformarse en el primer hombre en llegar al Polo Sur, en 1911.
Pero el equipo de exploradores, de tres británicos y un canadiense, tendrá poco tiempo para celebrar porque también espera lograr el récord para el cruce más rápido de todo el continente blanco.
En diálogo con Reuters por teléfono desde el polo, el líder del grupo, Patrick Woodhead, de 28 años, dijo que su equipo "deliraba de contento" aunque todavía tenía que cubrir 1.200 kilómetros.
"Empaña un poco la alegría de alcanzar el Polo Sur, pero igualmente es fantástico alcanzarlo y ha sido una gran aventura llegar hasta aquí", dijo.
"Mientras que la mayoría de las expediciones terminan en el Polo Sur, para nosotros eso es sólo un tercio del camino", dijo Woodhead, cuyo grupo comenzó desde el lado neocelandés de la Antártida, con esquíes y trineos. La inusual ruta hizo más atractivo al desafío polar.
"Como no había información, ha sido realmente excitante abrirnos camino arriba del glaciar, además de ser un trabajo increíblemente difícil", dijo. "Nos abrimos camino entre grietas de hielo del tamaño de catedrales".
El equipo estima que cada miembro quema entre siete mil y ocho mil calorías en su travesía, al cargar sus trineos por la nieve todos los días en temperaturas en torno a los -30 grados centígrados, el equivalente a correr dos maratones por día.
Pero la próxima parte del viaje debería ser más fácil, en una superficie llana.
Los exploradores cambiarán los trineos por cometas especiales y esperan que el viento los impulse el resto del viaje.
Las cometas "son cosas increíblemente poderosas, entonces si lograrmos controlarlas vamos a poder navegar esa distancia", dijo Woodhead, quien en el 2002 se convirtió en el británico más joven en llegar al Polo Sur.
