El suceso fue calificado como un ataque terrorista, ocurrido en una zona situada entre las embajadas de Irán y Canadá.
28 de abril 2004.
Damasco,(EFE).- El terrorismo hizo aparición de forma repentina ayer en Siria, cuando un grupo armado causó varias explosiones y protagonizó un intercambio de disparos con la policía que se saldó con cuatro muertos.
Las autoridades pronto atribuyeron el incidente en el lujoso barrio de Al Maza (oeste de Damasco) a "un grupo terrorista" y dejaron entrever que podría tratarse de extremistas islámicos, pero hasta el momento no hay ninguna confirmación oficial de quiénes son ni de qué pretendían.
Hubieron dos detenidos que dieron a la policía información que condujo a un escondrijo donde ocultaban armas, que hoy mostró la televisión siria.
En el escondrijo, situado en la localidad de Khan al Sheikh, veinte kilómetros al sur de Damasco, se encontraron armas de distintos calibres, incluidos lanzagranadas, además de pistolas y diversa munición.
En el ataque de ayer, según la versión oficial del Ministerio del Interior que publicó la agencia SANA, todo comenzó cuando un grupo de cuatro atacantes hizo explotar un artefacto bajo un coche aparcado junto a un edificio abandonado.
Lo que hasta ahora resulta inexplicable es que el edificio que parece era su blanco y que resultó gravemente dañado es una antigua oficina de la ONU ya en desuso, que en su día sirvió para que funcionarios internacionales supervisaran el alto el fuego entre Israel y Siria.
Junto a este edificio se encuentran varias representaciones diplomáticas o residencias de diplomáticos de países como el Reino Unido, Irán, Arabia Saudí o Canadá, lo que en un principio hizo pensar en un ataque dirigido contra intereses extranjeros, como los que han tenido lugar en los últimos meses en Riad y en Estambul.
Tras la primera explosión siguieron otras, y luego la policía siria acorraló a los atacantes y entabló con ellos un tiroteo que duró casi una hora y media y que incluyó el lanzamiento de granadas, según dijeron testigos presenciales.
Fue en el curso de este tiroteo cuando fueron abatidos los dos terroristas, el policía que custodiaba la embajada iraní y una mujer, estos dos últimos probablemente sorprendido en el fuego cruzado.
Alguna de las hipótesis que hoy se manejan en Damasco es que en realidad los terroristas tuvieran otros objetivos y que se vieron sorprendidos por la policía cuando se encontraban de camino hacia ellos.
Para el ministerio sirio del Interior, el incidente "tuvo como blanco la estabilidad y la seguridad de los ciudadanos y la patria", ya que "busca sembrar el caos, la inestabilidad y la inseguridad".
La misma fuente citada por la agencia oficial añadió que "el clima de caos e inestabilidad que vive la región crea un ambiente que provoca acciones criminales como ésta", en velada alusión a la situación en el vecino Irak, con la que el gobierno de Damasco siempre se ha mostrado muy crítico.
La situación era de calma total en Damasco durante el día de hoy, y solo se apreciaba un refuerzo de la seguridad en alguna de las embajadas más "sensibles", como las de Estados Unidos o el Reino Unido.
La Asociación Siria de Derechos Humanos condenó hoy lo sucedido, y lo atribuyó a la falta de libertades en Siria, pues "silenciar la libertad y los medios pacíficos de expresión, así como matar la vida política, no hacen sino allanar el camino a las ideas extremistas y las acciones violentas".
Siria es uno de los países más seguros de la región, en parte porque el aparato policial es omnipresente, y hay que remontarse hasta diez años atrás para encontrar ejemplos de atentados terroristas, en aquel caso no atribuidos a extremistas islámicos.
El fundamentalismo islámico fue aplastado en Siria en 1982, cuando el Ejército bombardeó por tierra y aire la ciudad de Hama, considerada un feudo de los Hermanos Musulmanes, dejando miles de muertos, aunque nunca se supo oficialmente el alcance de la operación ni el número de muertos.
Desde entonces, el movimiento integrista está silenciado en Siria, lo que no impide que se hayan detectado fundamentalistas sirios luchando en Irak o cometiendo atentados en países cercanos como Jordania. EFE
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