SAKHIR, BAHREIN.- El reino de Bahrein, donde hoy comenzarán los entrenamientos para la tercera prueba de la temporada, que se disputará el domingo en el circuito de Sakhir, albergará por primera vez en su historia un Gran Premio de Fórmula Uno, quizá el más peculiar, pues se correrá en mitad del desierto.
Bahrein, que junto a China (Shangai) debuta esta temporada en el Mundial, es un archipiélago situado frente a la costa este de Arabia Saudí, en el centro del Golfo Arábigo, del que es su corazón financiero.
Está integrado por 36 islas que ocupan una superficie total de 707 kilómetros cuadrados. La mayor de ellas -de 586,5 kilómetros cuadrados- da nombre al estado, su capital es Manama y 25 kilómetros al sur de la misma se encuentra el circuito de Sakhir, inaugurado el pasado 17 de marzo y que se construyó en mitad del desierto después de que en septiembre de 2002 el reino firmase con Bernie Ecclestone, el mandamás de la Fórmula Uno, un acuerdo para que Bahrein -primer país árabe que lo hace- se convierta en parada y fonda del Mundial durante los próximos años.
Después de Malasia, donde hace dos domingos se disputó por sexta vez una prueba del Mundial, Bahrein es el segundo país musulmán que alberga un Gran Premio de Fórmula Uno.
El jefe del Estado es el emir, cargo que en la actualidad ocupa el jeque Hamad Bin Isa El Jalifa, que subió al trono el seis de marzo de 1999 tras la muerte de su antecesor y que pertenece a una dinastía que reina desde finales del siglo XVIII.
La lengua oficial es el árabe, aunque no son pocos los que hablan inglés, idioma que emplea la mayoría de los empresarios. A pesar de que el islam predomina, en Bahrein están permitidas las prácticas de otras creencias y religiones.
El heredero de la corona, el jeque Salman bin Hamad El Jalifa, gran aficionado a los deportes de motor, es, además del comandante en jefe del ejército, el presidente honorario de la federación de automovilismo del país y su papel fue primordial en la decisión de situar en el mapamundi del gran motor a Bahrein, cuyo circuito tuvo unos costes de construcción de alrededor de 150 millones de dólares (unos 122,5 millones de euros).
Bahrein se convirtió en miembro de las Naciones Unidas y de la Liga Árabe en 1971 y diez años más tarde se unió a sus cinco vecinos -Arabia Saudí, Omán, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar- para formar el Consejo de Cooperación del Golfo, alianza estratégica de los estados de una región en la que fue el primer país en descubrir y extraer petróleo, en el año 1932.
Su moneda es el dinar, que equivale a algo más de dos euros y su economía, centrada en el sector petrolero y en las finanzas, está considerada como la más libre de Oriente Medio y del mundo árabe.
Bahrein es un país orientado a la globalización y, conservando sus señas de identidad, pasa por ser uno de los lugares más ?occidentalizados? de la zona. En sus aguas costea la Quinta Flota estadounidense y en su universidad, aunque la inmensa mayoría de las mujeres viste totalmente de negro, con "hiyab" (velo) incluido, también sobresalen en muchos casos los vaqueros por debajo de sus vestimentas.
Ofrece un modo de vida relajado, en el que se respetan las libertades individuales y cuyo índice de criminalidad es uno de los más bajos del mundo.
Esto no fue óbice para que la semana pasada, poco después del atentado que costó la vida al jeque Ahmed Yasin, líder y fundador de Hamas, llegasen desde Bahrein noticias de diversos altercados.
Primero, un centenar de fanáticos asaltaron y prendieron fuego a un restaurante francés en Manama que vendía alcohol a sus clientes. Días después, unos 200 manifestantes -que fueron disueltos con porras y gas lacrimógeno- atacaron la embajada de Estados Unidos, gritando en contra de este país y de Israel.
Las autoridades locales han garantizado que la situación estará bajo control durante las próximas jornadas, pero por si acaso, el emir llegó a ofrecer su propia residencia oficial a Schumacher, el hombre-récord de la F-1 -líder del Mundial 2004, tras ganar las dos primeras carreras del año, Australia y Malasia-, que declinó amablemente.
"Schumi" se alojará en un hotel, pero tendrá protección oficial, al igual que el resto de los pilotos, de los que el primero en llegar a Bahrein ha sido el japonés Takuma Sato, que lleva en la isla desde el domingo. Los más rezagados lo harán durante la jornada.
Con el fin de evitar otros posibles contratiempos, se han multiplicado por cuatro de los efectivos encargados de la seguridad en la organización y desarrollo de un evento que une los conceptos de deporte y espectáculo. Porque el espectáculo debe seguir. Y en la Fórmula Uno manda y mucho, el dinero.