EFE
Los Ángeles, EU.- Fahrenheit 9/11 con su feroz crítica al presidente de EU, George W. Bush, ha superado todo pronóstico y, tras tres días de estreno, se ha convertido en el documental más taquillero de la historia.
Con tan sólo un total de 868 salas en todo el país, el filme de Michael Moore ha recaudado 21.8 millones de dólares durante su fin de semana de estreno.
La cifra supera todos los records, incluido el que marcó Moore con su anterior documental, Bowling for Columbine, película con la que recaudó 21.6 millones de dólares durante los nueve meses que estuvo en pantalla.
Fahrenheit 9/11 también se ha impuesto sobre todos los otros estrenos del fin de semana, como es el caso de White Chicks, aún cuando la comedia escapista de los hermanos Wayans se exhibía en 2,726 salas.
Es una gran victoria económica para un filme que los hermanos Weinstein compraron por seis millones de dólares de su propio bolsillo cuando los estudios Disney impidió su distribución mediante su compañía Miramax, filial de la empresa.
Sin embargo, para Moore es aún más importante la victoria política dado el interés demostrado por el público en un trabajo que no esconde su ideología y que ataca de manera frontal al gobierno de Bush.
“Para mí la noticia más importante es que los estados de mayoría republicana de todo el país también están interesados en la película”, reconoció el realizador a la prensa una vez conocidos los resultados en la taquilla.
Como era de esperar, ciudades como Los Ángeles o Nueva York tuvieron los mayores índices de ocupación por sala, con el cartel de “no hay localidades” en casi todos los cines.
“Ya estamos recibiendo pedidos de todas estas salas donde nos suplican que les enviemos más copias”, confirmó el presidente de la distribuidora Lions Gate, Tom Ortenberg.
Como indica la revista Variety, Fahrenheit 9/11 se ha convertido en La Guerra de las Galaxias para demócratas y liberales, con el público esperando en largas colas con la misma devoción que generó la aventura espacial en la década de los setenta.
Más sorprendente es su éxito en otras localidades, incluido Texas, el estado natal de Bush y hogar de la familia más criticada en este incendiario documental.
“Hemos agotado las entradas en ciudades con bases militares”, insistió Moore, cuyo documental está dedicado a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre y de la invasión estadounidense de Irak, tanto civiles como militares.
El éxito de Fahrenheit 9/11 es aún más sorprendente después de que el documental recibiera la clasificación “R” que prohíbe su exhibición a menores de 17 años a menos que estén acompañados por sus padres o tutores.
El filme, gráfico en su violencia y vitriólico en sus ataques políticos, vio así reducida su audiencia a pesar de la insistencia de Moore en que la juventud debía estar autorizada a ver una película sobre los motivos de una guerra a la que pueden ser llamados a servir.
Con algunas excepciones, los dueños de los cines como Allen Michaan, en Oakland, se han unido a la opinión de Moore indicando en las salas que no harían nada por detener a los menores que quieran ver el filme.
“Bush se robó el resultado electoral mediante un fraude premeditado. Devolvamos primero la integridad a la Casa Blanca”, añadió Michaan, en referencia a las polémicas elecciones presidenciales de 2000.
Junto a la victoria económica y política, Fahrenheit 9/11 se ha apuntado este fin de semana un triunfo moral dentro de la industria de Hollywood.
Los 21.8 millones de dólares recaudados durante el primer fin de semana superan la taquilla de cualquiera de los estrenos de los estudios Disney en lo que va de año, incluidos filmes supuestamente taquilleros como Hidalgo.
Michael Eisner, como presidente de la compañía, decidió no distribuir la cinta de Moore para evitar la polémica política que acompaña a la película en un año electoral como este.