Reuters
SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA.- Rebeca Martínez, la bebé que fue sometida el viernes a una delicada operación en República Dominicana para retirarle una segunda cabeza sin desarrollar, murió en la mañana de ayer por complicaciones postoperatorias, dijeron sus médicos y familiares.
Santiago Hazim, director del Centro Internacional Cure de Especialidades Ortopédicas, donde un equipo internacional de médicos realizó la intervención quirúrgica, dijo en rueda de prensa que el deceso se produjo a las 6:00 de la mañana, hora local.
En la noche del viernes, Hazim definió la intervención como un éxito.
Un equipo de 18 médicos de la Universidad de los Ángeles y del Centro Cure, dirigido por Jorge Lazareff, realizó la intervención quirúrgica.
Los padres de Rebeca, María Gisela Hiciano y Franklin Martínez, quienes estaban junto a Hazim en la rueda de prensa, dijeron estar “resignados”, porque esa fue “la voluntad de Dios” y agradecieron al equipo médico a cargo de la operación.
“Si hay un grado más a la súper excelencia, ese corresponde a este equipo de médico”, dijo el padre de Rebeca, quien anunció que la niña será sepultada como cristiana.
Martínez añadió que desde el primer momento todos estuvieron conscientes de los riesgos, porque se trataba de una operación complicada y de gran envergadura. “Esperábamos que Rebeca estuviera con vida hoy, pero Dios no lo quiso así y nosotros respetamos su voluntad”, dijo.
Martínez, quien definió a su hija como “imperativa y fuerte”, dijo que la familia nunca vio a Rebeca como una niña con un defecto, haciendo referencia a la segunda cabeza de su posible hermana sin desarrollar.
La madre, que no quiso abortar a Rebeca a pesar de que el defecto congénito fue anticipado por pruebas clínicas, dijo estar conforme con sus otros dos hijos y que junto a su esposo había decidido no procrear más debido a “la crisis económica”.
La niña, que nació en diciembre en un centro del seguro social en una barriada en el norte de Santo Domingo, fue intervenida el viernes durante 13 horas y los médicos lograron retirarle la cabeza parásito sin desarrollar.
Rebeca nació con un raro defecto congénito que ocurre cuando se forman siameses unidos por el cráneo y uno de ellos no completa su desarrollo en el útero.
