EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Veloz motociclista que presumiblemente conducía en estado de ebriedad, subió a la banqueta donde arrolló a una mujer que caminaba por ahí, causándole graves lesiones que horas más tarde le provocaron la muerte. El responsable huyó del sitio del accidente.
María Francisca Muñoz Castañeda se llamaba la occisa, quien contaba con 61 años de edad y era vecina del poblado en mención. De acuerdo a datos aportados por sus familiares, padecía de sus facultades mentales.
El fatal accidente ocurrió poco antes de las 23:30 horas en las inmediaciones del ejido Flores Magón, de este municipio, cuando María Francisca caminaba sobre la banqueta con rumbo a su domicilio.
De acuerdo a varios testigos, un sujeto a bordo de una motocicleta pasó por el lugar y precisamente por donde iba la sexagenaria, frente a la casa de doña Tere, perdió el control de la unidad y trepó a la acera, atropellándola, para enseguida seguir su curso sin detenerse siquiera para ver las condiciones de la víctima. Señalaron además que el motociclista es vecino del ejido El Cambio, municipio de Matamoros, Coah.
Alguien fue a dar aviso a una de las hijas de nombre Cristina Ávalos Muñoz, de 31 años, por lo que el esposo de ésta, Alfonso Velázquez Solís, de 33 años, acudió hasta el lugar donde le indicaron que estaba el cuerpo de su suegra.
Cuando llegó aún tenía signos vitales, por lo que en compañía de su cónyuge la trasladaron a bordo de un auto particular a la clínica 66 del Seguro Social, donde les dijeron que la llevaran al Hospital No. 16 del mismo instituto, ya que la mujer presentaba muerte cerebral, además que tenía una profusa hemorragia.
Al arribar al mencionado nosocomio, los médicos se abocaron a brindarle los primeros auxilios, tratando de estabilizar su condición, pero las graves lesiones que sufrió finalmente le causaron la muerte.
María Francisca presentó fractura expuesta de tibia y peroné derechos, así como fractura de brazo del mismo lado y traumatismo craneoencefálico, informando el médico que la causa de su muerte se debió a un infarto al miocardio.
Armando Lucero Jaramillo, agente en turno del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, ordenó que el cadáver fuera trasladado al anfiteatro para que se le practicara la necropsia de Ley, informando que las diligencias se remitirían al Ministerio Público Rural.