10 de febrero de 2004
Dubai, (EFE).- Al menos 43 personas murieron hoy al estrellarse un avión iraní de la aerolínea Kish cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Sharjah, uno de los Emiratos Arabes Unidos (EAU), informaron fuentes oficiales emiratíes.
Según la agencia de noticias local WAM, en el aparato viajaban 46 personas, aunque fuentes de la Organización de la Aviación Civil de Irán citadas por la agencia de ese país, IRNA, señalaron que los ocupantes eran 45: 39 pasajeros, entre ellos un niño, y 6 tripulantes.
La agencia emiratí confirmó además que tres personas permanecen ingresadas en el hospital de Al-Qasimi, en Sharjah, dos de ellas en estado grave y una fuera de peligro.
Según la lista de pasajeros, en el aparato viajaban ciudadanos de Filipinas, Irán, Egipto, Nepal, India y Nigeria.
Fuentes de las aerolíneas Kish informaron desde Irán de que el avión siniestrado es un Fokker-50 de fabricación alemana, que tiene una capacidad para 50 pasajeros y la tripulación.
Testigos citados por WAM aseguraron que los efectivos de rescate han recuperado cuarenta cuerpos de entre los restos del avión, que fueron introducidos en varias ambulancias y cubiertos con sábanas blancas.
El accidente se produjo a las 11.00 hora local, cerca del emirato de Sharjah, situado en la costa del Golfo Pérsico.
La agencia emiratí explicó que el avión, que había salido de la isla iraní de Kish hacia el aeropuerto de Sharjah, se estrelló, por causas hasta el momento desconocidas, antes de alcanzar la pista de aterrizaje.
El director general del Departamento de la Aviación Civil de Sharjah, Ghanim Al Hajiri, dijo que la Torre de Control del aeropuerto no recibió ninguna llamada de socorro del avión iraní antes de estrellarse.
En rueda de prensa, Al Hajiri subrayó que la comunicación entre la Torre de Control y el avión fue normal y que no hubo señal alguna de que el capitán del aparato hubiese detectado problemas mecánicos en el aparato.
La emisora estatal de televisión de Sharjan había mostrado poco antes imágenes del fuselaje del aparato en llamas y de los grupos de socorro que acudieron al lugar del siniestro.
Kish es una pequeña isla iraní cerca de las costas emiratíes a la que viajan muchos extranjeros que necesitan dejar el país para tramitar el cambio de visado y volver a entrar en los Emiratos con uno nuevo.
Las líneas aéreas iraníes poseen una larga lista de accidentes, el último de ellos el pasado mes de junio, cuando un avión militar de transporte C-130 se estrelló a las afueras de Teherán, causando la muerte de los 7 tripulantes que viajaban en el aparato.
En febrero del pasado año, 276 personas, la mayoría de ellos del cuerpo de elite iraní de la Guardia Republicana, murieron al caerse en el sureste de Irán un avión Ilyushin-76 de fabricación rusa.
Además, un Tupolev-154 de la aerolínea iraní Kish realizó en septiembre de 2002 un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Minsk, capital de Bielorrusia, y aunque no se registraron heridos, el aparato resultó seriamente dañado.
La precariedad en el mantenimiento de los aparatos iraníes ha sido atribuido por el régimen de Teherán a las sanciones impuestas por EU sobre la industria aeronáutica.
Irán asegura que estas sanciones impiden al país reparar los aparatos por carecer de las piezas necesarias y reemplazar los viejos, entre los que se encuentran varios Tupolev de fabricación rusa.
El último accidente que se había registrado en la región se remonta a agosto de 2001, cuando un Airbus A-320 de las líneas aéreas emiratíes "GulfAir" se estrelló en aguas de Bahrein pocos minutos antes de tomar tierra, lo que provocó la muerte de las 143 personas que había a bordo.