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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las siamesas unidas por el tórax y el abdomen, pero con un sólo corazón, murieron tras sobrevivir 23 horas, se informó ayer.
Murieron la madrugada de ayer a causa de una insuficiencia cardíaca, luego que los médicos les practicaron numerosos exámenes.
“Mi esposa está bien. Se hizo la voluntad de Dios”, dijo el padre, el campesino Santiago Díaz, de 30 años. “Y sentimos un dolor profundo”.
La madre María de los Ángeles Pérez, de 25 años, las bautizó antes de sepultarlas. A una la llamó María Ángel y a la otra María de los Ángeles.
Ella viajaba el 12 de abril en autobús al hospital a una cita de control de embarazo, cuando sintió fuertes dolores de parto. Al llegar, los médicos la internaron y la mantuvieron en observación.
Las siamesas nacieron el viernes por una intervención cesárea en el hospital “Mario Rivas” de San Pedro Sula, a 180 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
“Compartían el hígado, el corazón de cuatro cámaras y dos arterias y sólo tenían un pulmón cada una. Los riñones eran individuales”, dijo el jefe del Departamento de Neonatología del hospital, Samuel Santos.
Poseían además genitales y sistemas digestivos separados.
“Su corazón compartido dejó de latir”, añadió. “Fue un caso muy difícil porque su estado era delicado”.
Cada una pesó al nacer 2.25 kilos.
Es el quinto caso de hermanas siamesas nacidas en 16 años en Honduras. El más reciente se registró en septiembre de 2002, cuando también nacieron unidas por el tórax y el abdomen las niñas Blanca y Rosa Linares, que compartían el mismo corazón e hígado. Vivieron 22 días.
Según estadísticas mundiales, un caso de siamesas ocurre sólo una vez por cada 50 mil o 100 mil nacimientos. Es el resultado de un óvulo fecundado que no se divide completamente para formar gemelos separados.
