CECILIA AGUILAR ACUÑA
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Los vendedores de discos piratas en esta ciudad están protegidos por las autoridades federales pues existe un marcado contubernio entre ellos, según el propietario de una de las dos únicas disqueras ubicadas en el centro de esta ciudad.
Quién por razones obvias solicitó el anonimato, explica que no hay voluntad para abatir esta problemática que es la causante de que los negocios como el suyo se manejen con números rojos. No hay operativos y cuando se establecen, es sólo una especie de simulacro.
Es como un ensayo, manifiesta el entrevistado en torno a lo anterior, “los dueños de los puestos y su gente portan un radio con el que se comunican para protegerse, pero como ellos están en contacto con algún soplón de la Procuraduría General de la República, conocen cuándo y a que horas se llevará el decomiso”.
Al presentarse el operativo los “piratas” ponen en sus mesas sólo unos 500 discos, que por lo general es un material dañado. Se marchan antes de que pasen los de la Agencia Federal de Investigaciones y el Agente del Ministerio Público Federal y luego, éstos proceden a recoger la mercancía, “hacen el simulacro y se van”.
La piratería va en aumento dice para luego informar que el puesto que se encuentra entre Patoni y avenida Victoria tiene alrededor de tres mil piezas. Pero el ubicado en la avenida Victoria entre Escobedo y Ocampo, maneja cerca de diez mil .
El dueño de este negocio “pirata”, maneja una Expedition 2004. “Con lo que se comprueba que este tipo de negocio es muy bueno, además tiene como cuatro empleados. Nosotros no podemos darnos ese lujo, pues al día solo logró vender siete discos compactos y unos diez cassettes”.
Señala que éstos, producen un disco con tan solo diez pesos. Como ya cuentan con torres de quemadores propia, ya no necesitan ir hasta San Juan de Dios, Guadalajara o al Barrio de Tepito en el Distrito Federal, “ellos tienen una ganancia de un 200 por ciento, cuando nosotros estamos pensando en casi cerrar el negocio”.
Pega duro
Los “piratas” se valen de otras personas para comprar discos compactos en las tiendas donde se venden piezas originales. “Mandan a alguien para preguntar cuales son melodías de moda y se lo llevan para quemarlas”, manifestó el dueño de una de las tiendas de discos de la localidad.
“Somos considerados los malos del cuento, pues la gente piensa que uno es quién determina el precio, pero realmente lo marcan las compañías disqueras”. En el caso de Alejandro Fernández, Rocío Durcal y Juan Gabriel, graban con Sony Music y lo hacen generalmente en Europa o Estados Unidos, por eso el costo de la ficha.
Mientras un disco de Alejandro Fernández, por ejemplo el de la película Zapata, cuesta arriba de 180 pesos, “en los puestos la gente lo encuentra a 25 pesos”, señaló.
Esta problemática está afectando al comercio establecido, que para sobrevivir está metiendo al negocio variedad de cosas. “Vendemos desde conexiones, pilas y cables para salvar nuestra economía, pues la ´piratería´ nos está pegando duro”.
