Rescate a los valores familiares
Hoy en día los jóvenes viven una época de adelantos tecnológicos extraordinarios, pero también están más cerca que nunca de la violencia, el alcohol, la droga, la pornografía, la homosexualidad, las orgías y la promiscuidad.
Estadísticas serias aseguran que una aplastante mayoría de los muchachos tienen sexo antes de los 20 años de edad, que los chicos con una vida sexual activa dicen haber comenzado en promedio a los 14 años los varones, y a los quince años las mujeres; más de la mitad tuvo su primera experiencia sexual en la casa de él o de ella. De cada diez mujeres, al menos tres han sufrido abuso sexual alguna vez en la vida y más de 60 por ciento de los abusos sexuales fueron llevados a cabo por novios o ex novios. Uno de los negocios más lucrativos de las grandes ciudades son los hoteles de paso. Éstos se ubican cerca de las escuelas y centros de trabajo, puesto que buena parte de su clientela son estudiantes y trabajadores.
Los programas de estudio oficiales abarcan con gran precisión la faceta biológica de la sexualidad, pero existe una carencia enorme en la faceta conductual, es decir, criterios para decidir cómo, cuándo y con quién tener intimidad, motivos y consecuencias de las prácticas sexuales y elementos para disfrutar noviazgos constructivos.
En las escuelas y universidades sobreabundan los conocimientos anatómicos, más escasean los de ética sexual. Y no me refiero a la religión o a prejuicios arcaicos; me refiero a estudios modernos, prácticos y científicos de lo que el joven debe saber para normar su vida íntima. Tristemente, son los mismos profesores liberales quienes con la autoridad que les enviste su posición se alzan frente a sus grupos para brindarles pautas algunas veces equivocadas.
Los muchachos están hartos de oír prohibiciones sin fundamento. Hoy, para cada NO exigen una razón convincente. Demandar disciplina sin dar explicaciones es la forma antigua de educar. Ya no se pueden seguir los mismos esquemas. Los jóvenes están cansados de prohibiciones huecas, pero en el fondo comienzan a asquearse también de la liviandad ilógica.
El reto es muy complejo. Queremos difundir esta filosofía en los jóvenes de hoy, con estos temas que a partir de hoy se publicarán en esta sección de una manera respetuosa pero fuerte, en el que se hable de sexualidad sin rodeos, como debe hablárseles hoy a los jóvenes. Tal vez algunos adultos conservadores se escandalicen con el material, pero todos debemos abrir los ojos a la realidad que viven los muchachos. Dostoievski afirmó que mucha de la infelicidad abatida sobre el mundo ha sido a causa de las cosas que se quedaron SIN decir.
Una forma frontal de atacar esta realidad es a través de esta filosofía y de los artículos que se publicarán como apoyo al rescate de los valores familiares y a este cambio de actitudes y valores de nuestra sociedad que nos impactan de formas múltiples con costos encubiertos como son la inestabilidad, el ausentismo, la rotación y sobretodo, un costo de la NO calidad. Aunado a la creciente violencia intrafamiliar y la inseguridad pública.
En el inicio de estas publicaciones queremos agradecer la iniciativa que la dirección de este diario ha tenido para contribuir de esta manera a la reflexión y en lo posible, al fortalecimiento de la unión familiar.
Pretendemos establecer una comunicación con usted amable lector, a través de la retroalimentación o exposición de casos que nos puedan dar en el buzón de sugerencias que estará de manera permanente en la recepción de este diario con atención a la sección cultural, artículos Familia Sirviendo a la Vida, así como en la dirección electrónica con el autor de los artículos aquí publicados, Germán de la Cruz Carrizales: clam@halcon.laguna.ual.mx; o pmger@hotmail.com.
Reiteramos nuestro agradecimiento a quienes hacen posible estas publicaciones y sobretodo a usted amable lector, quien hará que este proyecto contribuya a fortalecer a nuestras familias y sus valores.
?Quien no vive para servir, no sirve para vivir?.