Espectáculos Miss Universo 2025 Miss Universo Christian Nodal Julión Álvarez

Famosos laguneros cuentan con el apoyo de su madre

Eunice Martínez Arias

El Siglo de Torreón

Los laguneros Pablo Montero, Hiromi, Wendolee y Marisol González cuentan con el apoyo incondicional de su madre.

TORREÓN, COAH.- Detrás de sus triunfos siempre están ellas; son su apoyo constante y el ángel que los cuida a cada momento. Por quienes han sido capaces de sacrificar su individualidad.

Sí, se trata de las mamás, mujeres incansables y llenas de amor que están dispuestas a todo por la felicidad de sus hijos.

Ese es el caso de las laguneras Sandra Morán, Elsa Salas, Bertha Casas y Mercedes de Hernández, madres de Wendolee, Hiromi, Marisol González y Pablo Montero, respectivamente.

Las cuatro tienen algo en común: que pese al dolor que les significa estar separadas de sus hijos, los siguen impulsando para que continúen sus carreras artísticas lejos de la región, pues saben que sus sueños y estabilidad está en otros lugares.

A ellas y a las mujeres que están en igualdad de circunstancias, sólo resta desearles un ¡Feliz Día de las Madres!

Sandra Gutiérrez Morán:

Trabajadora incansable

Para Wendolee no era simple capricho convertirse en artista y la señora Sandra lo sabía; quería prepararse, pero ello significaba tomar clases de vocalización, danza, actuación... todo con un alto costo. En el momento que le confesó que quería cantar, su madre buscó un segundo empleo para costearle los gastos de la escuela a la que iría a Monterrey así como su manutención. A su trabajo como maestra le sumó el de hacer traducciones.

“...Tengo muchos años levantándome a las cinco de la mañana y acostándome a las 11 ó 12 de la noche, tratando siempre de conseguir dinero para echarle la mano a mi chiquita”, dice.

Luego de tres años de ausencia, en junio de 2002, Wendolee regresó para estudiar en una escuela que acababan de abrir en Gómez Palacio. Un mes después tuvo la oportunidad de entrar a La Academia y con ello comenzó un nuevo reto para la señora Sandra.

“No tenía tiempo para andar dando volantes pero como salía del trabajo a las 11 de la noche los jueves, viernes y sábados me iba a Pikyu para repartirlos cuando (la gente) iba entrando y me esperaba hasta que salían para entregar otros... también llegué a irme a las 11 de la noche a un semáforo para hacer lo mismo. Mi tiempo no me daba para más”.

La señora Sandra está disfrutando desde lejos el éxito que su hija está teniendo. En estos momentos Wendolee vive en Los Ángeles ya que conduce un programa de televisión para Azteca América. Los sacrificios han valido la pena.

Elsa Salas de Hayakawa:

Su ángel de la guarda

El doctor dice que es la depresión lo que provocó que la señora Elsa bajara siete kilos desde que Hiromi entró a La Academia. Ella más bien lo atribuye a lo poco que come y duerme, al que siempre está pensando la manera de conseguir dinero para apoyarla con llamadas y la constante preocupación de que su niña esté bien.

Lo primero que hace al despertar es pedirle a Dios que la cuide. Están tan acostumbradas la una a la otra que la separación ha sido dura. “El jueves comí a la misma hora que Hiromi, subí mi plato a la recámara y creo que comí un poco mejor... la sigo todo el día por la televisión, plancho cerca de la tele, leo cerca de la tele, hago todo cerca de la tele para estarla viendo, incluso me acuesto hasta que veo que ya se durmió”, contó con un dejo de melancolía.

Como todas las mamás, Elsa Salas quisiera estar cerca de su hija para protegerla. Le enoja demasiado que Hiromi no se dé cuenta que no todos sus compañeros la ven con aprecio, “ella es tan cariñosa con todo mundo sin saber que no todos la quieren. Me gustaría que hubiera algo que le abriera los ojos para que no le vayan a hacer algo malo y ella ni cuenta se dé”.

En el momento que Hiromi le confesó que quería hacer audiciones para entrar al reality show, sintió que su niña se iba de la casa. Sabía que iba a suceder tarde que temprano porque siempre le dijo que al terminar su carrera viajaría al extranjero para estudiar una maestría, “pero se me adelantó”.

Bertha Casas:

Toda oídos

El orgullo no le cabe en el pecho a la señora Bertha, su hija Marisol ha sido la única lagunera en representar a México en un certamen de Miss Universo. Su reinado como la mujer más bella del país ya terminó, pero la suerte le sigue sonriendo y ahora tiene mucho trabajo como modelo.

Está feliz por los logros que ha obtenido, la apoya incondicionalmente, el único gran detalle es que vive lejos de ella, en la bulliciosa capital del país.

“Me tengo que partir en dos para estar con ella y con mi marido, tengo que estar en dos partes al mismo tiempo. La verdad eso me preocupa mucho porque no quiero descuidar a ninguno de los dos”, sostuvo.

Madre e hija hablan por teléfono diariamente hasta en tres ocasiones. Por la mañana, la chica le da los buenos días y le cuenta todas las actividades que tendrá mientras que por la noche le platica todos los pormenores de su jornada laboral. “De esa manera ella siente mi apoyo y por supuesto, yo también me quedo mucho mejor ”.

Pese a que Marisol vive sola, la señora Bertha está tranquila porque sabe que su hija habita en un lugar seguro y sobre todo porque cuenta con la protección de uno de sus tíos y con Jan. “No me da pendiente que Marisol esté sola y en la misma ciudad que su novio. Confío mucho en ella y en su novio porque me ha dado pruebas de que la respeta y la cuida; además ella es muy responsable y madura”.

Mercedes de Hernández:

Siempre serán sus niños

Óscar es un hombre en toda la extensión de la palabra, pero con todo y sus 30 años de edad, sigue siendo el niño de la señora Mercedes.

Ella no lo ve como el reconocido artista Pablo Montero, el que ha recorrido varias partes del mundo con su canto; para esta mujer es simplemente su hijo, a quien ya ansía ver casado con una buena mujer para que lo cuide y esté cerca de él.

“Como mamá he tenido que sufrir su ausencia y el estar en las noches con el pendiente de cómo está, sobre todo cuando va de un lugar a otro. Siempre le pido a Dios que proteja a toda la gente que anda volando por su trabajo... eso es en primer lugar lo que a mí me mata, en segundo que nadie es monedita de oro para caerle bien a todos. Le doy gracias a Dios que hasta ahora nunca le han dicho una grosería en ningún palenque ni lo han ofendido. Mis hijos siempre están protegidos por Dios”.

Ya van a ser diez años de que Óscar, mejor conocido como Pablo Montero, se fue a la ciudad de México a buscar suerte. Aunque ya ha pasado mucho tiempo de eso, su madre no se acostumbra a su ausencia, lo sigue extrañando igual. “Nos hablamos hasta cuatro veces por semana, me platica todo; nunca me dice que está triste pero uno como madre lo intuyo”.

La humildad, honestidad y la unión familiar es lo que Mercedes de Hernández le ha inculcado más a sus hijos, valores que los han convertido en gente de bien.

Leer más de Espectáculos

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Espectáculos

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 87760

elsiglo.mx