NUEVA YORK, EU.- El tenista suizo Roger Federer confirmó ayer su categoría de número uno del mundo al adjudicarse por primera vez el Abierto de Estados Unidos, su cuarto título del Grand Slam y tercero que gana en la temporada, con un fácil triunfo sobre el australiano Lleyton Hewitt.
Federer, máximo favorito y número uno en el ranking de la ATP, se impuso por 6-0, 7-6 (7-3) y 6-0 frente al cuarto preclasificado en su primera final como profesional sobre el cemento de Flushing Meadows, en Nueva York.
"Siempre es importante jugar bien en las finales, en los partidos más importantes", dijo Federer tras su notable triunfo.
"Haber ganado el primer set por 6-0 fue un comienzo perfecto y me ayudó a jugar más tranquilo en el segundo y el tercero hasta el final".
De esta forma, Federer consiguió el cuarto título de Grand Slam de su exitosa carrera y se convirtió en el primer jugador que gana tres de los cuatro torneos grandes en la misma temporada desde que lo hiciera el sueco Mats Wilander en 1988.
Antes en Australia y Wimbledon
El suizo de 23 años se impuso a principios de año en Australia y luego ganó por segunda vez consecutiva sobre el césped de Wimbledon en Gran Bretaña.
"Todavía no puedo creer lo que logré este año, ganar tres de los cuatro torneos del Grand Slam es algo grandioso, y hacerlo aquí en el Abierto de Estados Unidos es increíble", agregó Federer.
Es la primera vez en la era abierta del tenis, que un jugador gana sus primeras cuatro finales en los cuatro torneos grandes.
El único título de Grand Slam que no pudo ganar hasta la fecha es el del Abierto de Francia, donde este año se impuso el argentino Gastón Gaudio ante su compatriota Guillermo Coria.
El europeo funcionó como un "reloj suizo" ante Hewitt. En el primer set, que ganó en tan sólo 18 minutos, perdió nada más que cinco puntos.
En el segundo, Hewitt se recuperó, salvó tres puntos de set y luego quebró el saque del suizo para quedar 5-5.
La definición fue al "tiebreak", donde Federer se impuso con autoridad jugando bajo presión.
Federer volvió a ser una máquina en el tercer y último parcial, donde otra vez quebró a voluntad el servicio del ex número uno del mundo, que terminó vapuleado.
