Entre música de salsa y mojitos (la tradicional bebida cubana), políticos de diversos partidos celebraron también la normalización de las relaciones diplomáticas entre México y Cuba.
28 de julio 2004.
México (SUN-AEE).- Una recepción como hace más de dos años no se hacía en la embajada, justo cuando México cumplió 100 años de relaciones diplomáticas con Cuba, reunió a políticos, intelectuales, académicos, analistas y diplomáticos de diversos países, para celebrar el 51 aniversario del inicio de la Revolución Cubana y el regreso al país del embajador cubano Jorge Bolaños, luego de casi tres meses de ausencia por el conflicto diplomático con el gobierno mexicano que llevó las relaciones al borde de la ruptura.
Sin embargo, pese a que los conflictos han sido superados, los grandes ausentes fueron el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, y el subsecretario para América Latina y el Caribe, Miguel Hakim, quienes estaban invitados a esta celebración donde Fidel Castro y José Martí, en dos grandes cuadros del auditorio Granma de la embajada de Cuba en México, fueron testigos mudos de la reconciliación.
Larga fue la fila que se hizo a las puertas de esta auditorio, para saludar al embajador Bolaños Suárez, quien al igual que los pocos funcionarios del gobierno federal que estaban presentes, prefirió dar punto final a las acusaciones pasadas, para sólo trabajar hacia el fortalecimiento de las relaciones en el futuro.
Entre música de salsa, mojitos (la tradicional bebida cubana), los políticos de diversos partidos como los priistas Manlio Fabio Beltrones y Dulce María Sauri; el panista Felipe Jesús Vicencio y el líder moral del PRD Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano y su hijo Lázaro, compartieron por unos momentos sentimientos en conjunto: celebrar la normalización de las relaciones diplomáticas, que el pasado 2 de mayo el gobierno de México decidió rebajarlas a encargados de negocios por la supuesta injerencia del gobierno cubano en asuntos internos.
La alegría en los rostros del personal diplomático cubano se hacía evidente en cada saludo a un nuevo invitado.
Parecía que el fantasma del "comes y te vas", de los "agentes cubanos" que tuvieron injerencia en asuntos internos en México había sido exorcizado. Las 40 horas de video restantes del interrogatorio de Ahumada no cabían en este festejo que se prolongó hasta la madrugada.
