21 de mayo de 2004
Madrid, España, (EFE y SUN-AEE).- Jefes de Estado y de Gobierno y miembros de las Casas Reales de todo el mundo participaron al Príncipe de Asturias y a su novia Letizia Ortiz en la cena de gala celebrada en la víspera de su boda.
Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, recibieron en el recinto a unas 350 invitados.
Los monarcas llegaron con los novios y con las infantas Elena y Cristina y sus esposos, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, bajo una fina lluvia.
La futura princesa de Asturias lucía un espectacular vestido de Lorenzo Caprile confeccionado en shantung de seda color platino y encaje chantilly, rebordado a mano con pedrería y canutillos de cristal tornasolado en la cola y con grandes cuellos al bies que dejaba sus hombros al descubierto.
Letizia Ortiz, que llevaba el pelo recogido, completaba su traje de gala con un aderezo montado en platino de zafiros, perlas y brillantes, que pertenecía a la madre del rey y que los soberanos le obsequiaron el día de su compromiso con el heredero de la Corona española, el 6 de noviembre de 2003 en El Pardo.
La novia saludó a los invitados en compañía del príncipe Felipe de Borbón, en el madrileño Palacio de El Pardo.
En la cena de gala se dieron cita miembros de la realeza europea como el Príncipe de Gales, Haakon de Noruega y su esposa Mette Marit, Guillermo de Holanda y la princesa Máxima, el Príncipe heredero de Japón, Naruhito, Noor y Rania de Jordania y Alberto y Carolina de Mónaco.
También estaban los presidentes de Ecuador, Lucio Gutiérrez; de Colombia, Alvaro Uribe; de Nicaragua, Enrique Bolaños; de Panamá, Mireya Moscoso; y de El Salvador, Francisco Flores.
Se añadieron al evento el secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, y las primeras damas de Costa Rica, Leila Rodríguez de Pacheco.
A pesar de la lluvia que acompañó la velada, la llegada a la cena se convirtió en un vistoso desfile de joyas y modelos de los principales diseñadores del mundo, lucidos por algunos de los miembros más conocidos de la realeza europea.
El lugar elegido por los Reyes de España para agasajar a los invitados a este acto fue el Patio Central del Palacio de El Pardo, en las cercanías de Madrid y donde tuvo lugar la pedida de mano de la novia el pasado 6 de noviembre, cinco días después de que se hiciera público su compromiso.
Esta residencia de la Corona española, que data de tiempos de Carlos III, se ha adornado para la ocasión con las veinte mil rosas blancas que Ecuador ha enviado como regalo para los novios.
La cena de gala es el único encuentro celebrado con los allegados más cercanos a la Corona española previo al enlace de mañana, después de que la pareja decidiera suspender su fiesta de despedida de solteros tras los atentados de Madrid del pasado 11 de marzo.
Los invitados disfrutaron, además, del menú preparado por dos de los cocineros españoles de más prestigio internacional, Ferrán Adriá y Juan María Arzak, ayudados por el jefe de cocina del Casino de Madrid, Paco Roncero, de las mantelerías, la cristalería, la cubertería y los bajo platos pertenecientes a Patrimonio Nacional.
Sin embargo, la vajilla fue proporcionada por el Casino de Madrid, debido a la complejidad y diversas formas de las elaboraciones culinarias presentadas, que han requerido piezas específicas.
Las mesas redondas, igual que la principal, que estuvo en el centro y desde la que los Reyes presidieron la cena, se adornaron con pequeños centros de flores y con detalles de plata o candelabros, también propiedad del Patrimonio Nacional español.
Sobre la composición del menú, éste fue, según sus responsables, "creativo, moderno y divertido, para hacer notar que no se trataba de una comida más", al tiempo que conjugó las raíces gastronómicas españolas con la cocina de vanguardia.
La cena, a la que precedió un aperitivo, incluyó tres platos y un postre, regados por tres vinos blancos españoles, procedentes de Barbastro (Huesca), Navarra y la Cuenca de Barberá, y uno tinto, también del país, con denominación de origen de la Ribera de Duero.
El primer plato que degustaron los comensales fue "yemas de espárragos blancos de Tudela con trufas de verano, y su sopa", seguido por "rape con habitas a la menta, ravioli ibérico de tomate y vinagre de Jerez".
Como tercer plato los cocineros prepararon "pechuga de pato en escabeche ligero al vino, puré de limón", para terminar con un postre compuesto por "chocolate, coco y frutos rojos con sorbete de cítricos".