A seis años de finiquitado el fideicomiso, persisten las dudas; se mantiene el hermetismo de las autoridades.
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Querían llevarse el agua de La Laguna a Saltillo. El déficit que presentaba la capital de Coahuila en materia de abastecimiento a principios de los noventa, obligó a las autoridades municipales, estatales y federales a crear un fideicomiso para resolver el problema. Una de las estrategias contempladas consistía en trasvasar parte del líquido contenido en las presas Francisco Zarco y Lázaro Cárdenas. A diez años de creado el Fidagua y a seis de finiquitado, muchas dudas quedan y la inquietud de que se retome el proyecto persiste.
El martes ocho de marzo de 1994 se publicó en el Periódico Oficial del Estado de Coahuila, el acuerdo por el que se dispone constituir un fideicomiso público para sanear y eficientar el suministro de agua potable, drenaje sanitario y saneamiento de aguas residuales en la ciudad de Saltillo, Coahuila.
En dicho acuerdo se instruye a la Secretaría de Finanzas para que proceda a constituir el fideicomiso, del cual el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas) de Saltillo, funge como fideicomisario, y como fiduciaria, la institución de crédito que determine la citada secretaría.
En la publicación se advierte que el patrimonio fiduciario se integrará con las aportaciones de los fideicomitentes, en los términos dictados por Finanzas de Coahuila. Además, dicho patrimonio “quedará sujeto al control y vigilancia del Ejecutivo del Estado, a través del Comisario previsto en el presente acuerdo”.
Se establece que la vigencia del fideicomiso es “durante el tiempo que sea necesario para el cumpli-miento de sus fines”.
Respecto a la conformación del Comité Técnico, se menciona que su “integración y atribuciones se consignarán en el contrato respectivo” y que deberá “probar y expedir un Plan Director, en el que se especificarán los objetivos, metas, prioridades, estrategias y recursos necesarios para el cumplimiento de los fines del fideicomiso”.
La rúbricas que aparecen al final del acuerdo corresponden al, en ese entonces, gobernador del Estado, Rogelio Montemayor Seguy; secretario de Gobierno, Carlos Juaristi Septién; secretario de Finanzas, Antonio Juan Marcos Issa; secretario de Desarrollo Social, Rogelio Ramos Oranday y secretario de la Contraloría, Juan Antonio Cedillo Ríos.
El contrato
En la Escritura Pública número 49 del Libro 30 de la Notaría Pública 16 de Saltillo, Coahuila, de la cual aparece como titular, Raúl P. García Elizondo, se da constancia de la comparecencia el martes 12 de abril de 1994 de fideicomitentes, delegado fiduciario, testigos de honor y vocal ejecutivo para “protocolizar y elevar a escritura pública el Contrato Privado de Fideicomiso celebrado en esta ciudad (...) el día cinco de abril de 1994 (...)”.
Como fideicomitentes se mencionan a Antonio Juan Marcos Issa, secretario de Finanzas de Coahuila; a Miguel Arizpe Jiménez, alcalde de Saltillo, asistido por la secretaria del Ayuntamiento, Olga María Dávila Flores y por el síndico municipal, Tereso Medina Ramírez, y a Fernando Hernández de la Peña, director general de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento de Coahuila.
En calidad de delegado fiduciario se cita a Francisco G. Carniado Madrid, de la institución de crédito Banca Serfin, S.A. Institución de Banca Múltiple, Grupo Financiero Serfin.
Rogelio Montemayor Seguy, gobernador del Estado, asistido por los secretarios de Gobierno, Carlos Juaristi Septién, de la Contraloría Estatal, Juan Antonio Cedillo Ríos y de Desarrollo Social del Estado, Rogelio Ramos Oranday; Baltazar Hinojosa Ochoa, delegado regional de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en Coahuila y Abelardo Amaya Enderle, gerente estatal de la Comisión Nacional del Agua (CNA), aparecen todos ellos como testigos de honor.
Por último, se menciona a Eulalio Gutiérrez Talamás, como vocal ejecutivo del Contrato Privado de Fideicomiso.
En el apartado de antecedentes se lee que el municipio de Saltillo presenta un “déficit en el suministro de agua”, debido a fallas y deficiencias en el Simas, por lo que éste se ve impedido de prestar en forma eficiente el servicio.
De acuerdo a la Ley que crea el organismo público descentralizado, Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento (CEAS) de Coahuila, publicada el 31 de agosto de 1993 en el Periódico Oficial, cuando algún sistema local carezca de la capacidad técnica, administrativa y financiera, dicha Comisión, “podrá, entre otros, prestar los servicios de agua potable, drenaje, alcantarillado y saneamiento” en el municipio.
Para tal efecto, el Ayuntamiento de Saltillo y la CEAS, suscribieron un convenio y el Gobierno del Estado emitió el acuerdo para constituir el fideicomiso público antes mencionado.
Como partes integrantes del contrato se contempla al Ejecutivo Estatal, la CEAS y el Municipio de Saltillo, como fideicomitentes; la delegación regional de la Sedesol y la gerencia estatal de la CNA como coadyuvantes; Banca Serfin como fiduciaria y el Simas Saltillo como fideicomisario.
Entre los fines del fideicomiso llama la atención el relacionado a “la investigación de nuevas fuentes que permitan incrementar la oferta de agua potable para la ciudad de Saltillo y los estudios correspon-dientes para detectar oportunamente la capacidad útil de las fuentes de abasto”.
Dos informes
En el informe de la décima sesión del Comité Técnico del fideicomiso, llamado Fidagua, celebrada el 15 de agosto de 1995, los miembros abordan, entre otros puntos, el Plan Maestro de Abastecimiento a Largo Plazo para la ciudad de Saltillo, cuyo apartado dos trata sobre los alcances preliminares del Estudio de Aguas Subterráneas, en donde se exponen alternativas de abasto del vital líquido a la capital coahuilense, como la que se expone a continuación:
“Si la ciudad experimenta la clase de crecimiento poblacional y uso de agua mencionados, será eventualmente necesario incorporar agua de abastecimientos fuera del área inmediata de Saltillo. El tiempo y la cantidad de agua necesarios para abastecer desde lugares distantes, dependerá de las demandas futuras de agua y de los resultados en las exploraciones de los acuíferos. El agua superficial de la cuenca del Nazas es actualmente la más promisoria fuente de abastecimiento fuera de Saltillo”.
En el apartado de las conclusiones se puede leer una sugerencia más concreta. “El comportamiento de los acuíferos actualmente en explotación (...) no será suficiente para satisfacer la demanda de uso alto de agua para 2015. En ese tiempo recomendamos que un suministro de agua superficial de la cuenca del río Nazas de tres m3/seg (metros cúbicos sobre segundo) sea incorporado para suplementar el abastecimiento de aguas subterráneas”.
Más adelante, se establece que para 2023 “recomendamos la utilización de las aguas superficiales de la cuenca del Nazas para entregar dos m3/seg (...)”.
En el anexo uno del acta de la sesión décima del Comité, es posible observar los proyectos de las líneas de conducción desde los ríos Nazas y Bravo. En el caso del primero, se aprecian tres posibles rutas. La primera que va desde Saltillo hasta Torreón siguiendo la autopista que une a ambas ciudades hasta hacer un quiebre antes de llegar a Matamoros y bajar hasta el municipio de Lerdo, con rumbo a la presa Francisco Zarco.
La segunda sigue la carretera a General Cepeda, pasa por Parras de la Fuente y Viesca hasta el municipio lerdense, ya en Durango. Y la tercera sigue la línea de la segunda hasta poco después de General Cepeda, en donde se desvía hacia el norte para tomar la ruta primera.
Otras opciones que plantean como fuentes de agua superficial son las rutas A, B y C, las tres del río Bravo, pero en distintos puntos: presa Falcón en Tamaulipas, río Bravo en Jiménez, Coahuila y presa de la Amistad, respectivamente.
En el informe de la sesión undécima, se anexa un resumen ejecutivo del Plan de Abastecimiento de Agua a Largo Plazo, elaborado en febrero de 1996 por la empresa Freese and Nichols, Inc. y por Woodward-Clyde Consultants para el Comité Técnico del Fidagua. En el documento es posible leer que “se debe continuar con los esfuerzos de conducir flujos importantes de agua para el año 2015. Actualmente, la alternativa más factible es la de conducir agua superficial desde la cuenca del río Nazas (...)”.
Más adelante, el documento explora esta alternativa, de la que explica “pudiera proporcionar un flujo adicional de dos a tres m3/seg, el cual requerirá de potabilización antes de ser incorporado al sistema de distribución”.
La opción contempla la posibilidad de abastecer a Torreón con un flujo similar. La idea central es llevar el vital elemento desde la presa Francisco Zarco, la cual, a su vez, recibiría las descargas de la Lázaro Cárdenas, ubicada 150 km. aguas arriba de aquélla.
Pero, aunque se reconoce que esta opción es técnicamente factible, están dos importantes inconve-nientes. Uno de ellos es que “el total de las descargas de la presa Lázaro Cárdenas está comprometido para el Distrito de Riego 017 en el área de La Laguna, por lo que sería difícil el cambio de uso de agua de irrigación a uso municipal”.
El otro contra es el elevado costo del proyecto que, según el resumen ejecutivo, alcanza una inversión aproximada de 557 millones de dólares a precios de 1995 para abastecer de tres m3/seg a Torreón y Saltillo. “Debido a lo mencionado anteriormente, se recomienda que Fidagua explore esta alternativa como planeación a largo plazo”.
Un video
Mario Eulalio Gutiérrez aparece en un video institucional en el que se resumen las actividades del fideicomiso de 1994 a 1996. A cuadro, el vocal ejecutivo del Fidagua hace alusión al Plan Director.
“Desarrollamos un plan de abasto para la ciudad hasta 2045, es decir, 50 años. Este plan deberá revisarse cada cinco años, con el objeto de ir incorporando aquellos nuevos elementos que deberán ser considerados en la planeación de este recurso tan importante. Contrario a cuando empezamos, ahora sí sabemos qué hacer, dónde hacerlo, cómo hacerlo y en qué tiempo hacerlo”.
Mientras se muestran diversas imágenes relacionadas con el tema, un locutor menciona los objetivos del fideicomiso y las estrategias en tres fases para alcanzarlos: “Investigar fuentes de abastecimiento, resolver a corto plazo el déficit en el suministro de agua potable, coadyuvar a la modernización del servicio, realizar los estudios sobre tratamiento de aguas residuales”.
Y más adelante: “En un esfuerzo conjunto se establecieron tres fases para el logro de los objetivos: el abastecimiento, debido a la creciente demanda de la población; la planeación racional de la distribución del agua; el tratamiento de aguas residuales”.
José Luis Dávila Flores, en ese entonces gerente general de Simas Saltillo, habla a cuadro sobre la aportación del fideicomiso al sistema. “(...) Ha sido muy importante, dado que se dio en el momento en que más se necesitaba; nosotros hemos recibido aproximadamente 500 litros por segundo del Fidagua”.
Según se explica en el video, la empresa Freese and Nichols, Inc., fue contratada para realizar “un diagnóstico exhaustivo del sistema”, que consistió en “revisar la información geológica, hidrogeológica, de precipitación y de producción de pozos profundos, con el objeto de identificar y asignar prioridades y atender los problemas más urgentes”.
Gary N. Reeves, de la citada empresa estadounidense, afirma en el video que “en 1994, más del 30 por ciento del agua en el sistema se perdía debido a fugas antes de llegar al usuario. Esto es algo que necesita ser continuamente atendido”.
Más adelante se explica el desarrollo de “un modelo conceptual de la hidrogeología regional” y se hace el desglose de las recomendaciones para incrementar el abastecimiento del vital líquido en un planteamiento de acciones elaborado por el Comité Técnico del Fideicomiso, cuya primera fase comprende “el programa de abastecimiento para la ciudad dividido en tres etapas: a corto, mediano y un plan maestro a largo plazo”.
A corto plazo y a mediano plazo, el programa se enfocó a implementar “un plan emergente para resolver el déficit tan severo que existía en 1994”, el cual consistió en reforzar la producción de los acuíferos actuales, “para obtener de estructuras cercanas, una fuente que pueda inyectarse con facilidad a la red de conducción y sostener el abastecimiento a la ciudad”.
Además, se consideró obtener mil 500 litros por segundo de zonas geológicas diferentes a las que estaban en operación.
Dentro del plan maestro de abastecimiento a largo plazo, en 1995 se exploraron dos áreas potenciales situadas a 50 kilómetros al sur de la capital del Estado, a las cuales se llamó Carneros Sur Fraile y La Casita, para lo cual se planeó la construcción de acueductos para 1997 con un monto a invertir de 75 millones 900 mil pesos.
Mientras, el costo en el programa de perforaciones a largo plazo fue de 14 millones 541 mil pesos, “cuya totalidad fue aportada por el Gobierno del Estado sin costo adicional para Simas Saltillo”.
Explica el locutor que “en tan sólo dos años, el Gobierno del Estado llevó a cabo la perforación de 47 pozos exploratorios en busca de nuevos acuíferos y la construcción de los acueductos Santa Fe, Tanque Agua Nueva y San Lucas Loma Alta. Esto fue posible gracias a la inversión del Gobierno del Estado cuyo monto ascendió a 30 millones 641 mil pesos”.
Pero, como se explica en el video, “los recursos del agua de la región no tendrán la capacidad de satisfacer la demanda futura (...) por lo que serán requeridas fuentes de abastecimiento adicionales”.
Gary N. Reeves, a cuadro, reitera la idea de llevar agua del Nazas a Saltillo: “El año 2015 va ser muy crítico (...). Los pozos todavía van a ser una fuente importante pero van a tener que encontrar otra fuente, esto significa un suministro de agua en la superficie sustentable; vemos dos alternativas: río Nazas y la presa Venustiano Carranza”.
Y más adelante, el representante de Freese and Nichols lanza una advertencia: “Deben empezar a planear, a reservar los fondos, a encontrar los derechos del río Nazas y Carranza, ninguno de los dos tiene los derechos fáciles (...), pero debe hacerse. Tienen 15 años (...) para disfrutar de esos pozos y en 15 años es mejor que tengan ubicado el sistema de agua de superficie (...) porque si no se detendrá el crecimiento de Saltillo”.
El video cierra con una cortinilla en la cual aparece un texto con el total de la inversión realizada por Fidagua: 36 millones 469 mil pesos, de los cuales 27 millones 997 mil fueron aportados por el Gobierno del Estado de Coahuila.
El finiquito
Meses después, en el número 98 del Periódico Oficial del Estado, con fecha del martes nueve de diciembre de 1997, se publica el acuerdo para liquidar y finiquitar el “fideicomiso creado por acuerdo del Ejecutivo Estatal publicado en el Periódico Oficial No. 15, el día 22 de febrero de 1994”.
Lo anterior, ya que “ha cumplido con los fines para los que fue constituido”. Esto es, haber propuesto “las medidas técnicas necesarias para modernizar la prestación de los servicios de agua potable, alcantarillado, drenaje y saneamiento de aguas residuales de la ciudad de Saltillo”.
Un problema fundamental se presenta en el hecho de que el acuerdo para la creación del multicitado fideicomiso se publicó en la edición del Periódico Oficial número 19 del martes ocho de marzo de 1994, es decir, 14 días después de la fecha que en el acuerdo del finiquito se menciona. Por lo que surge la duda ¿cuál fue el fideicomiso al que hacía referencia el acuerdo de diciembre de 1997?
El 25 de marzo de 1998 el notario público número 16 de Saltillo, Raúl P. García Elizondo, elaboró la Escritura Pública número 29 en donde se asienta el otorgamiento y formalización de la extinción y finiquito del fideicomiso en base al acuerdo publicado el nueve de diciembre de 1997.
No obstante, en las declaraciones de los fideicomitentes se establece que la constitución del organismo a liquidar se realizó en “cumplimiento con el acuerdo dado por el Poder Ejecutivo del Estado (...) publicado (...) el día ocho de marzo de 1994”. Nuevamente el problema con las fechas.
Se presentaron ante el notario los entonces funcionarios: Antonio Juan Marcos Issa, como secretario de Finanzas del Estado; Manuel López Villarreal, alcalde de Saltillo, asistido por el secretario y el síndico del Ayuntamiento, Javier Ernesto Dávila Arizpe, director de la CEAS; Francisco Monteverde Zuriman, gerente del Simas Saltillo.
Además comparecieron Mario Eulalio Gutiérrez Talamás, vocal ejecutivo del Fidagua; Juan Antonio Cedillo Ríos, comisario del mismo y por último, se menciona a Sergio Reyes Martínez, delegado fiduciario de la institución bancaria Serfin.
En la Escritura se hace constar la entrega del patrimonio del fideicomiso, pozos, líneas de conducción y estudios al Simas Saltillo, para lo cual se anexan las copias fotostáticas de las actas correspondientes.
Según se explica, los recursos fideicomitidos aplicados y erogados fueron del orden de los 12 millones 735 mil 554 pesos, patrimonio revertido en las obras realizadas con el monto, junto con la cantidad de cuatro mil 76 pesos, el cual no fue utilizado.
Solicitud ignorada
El 17 de junio de 2003, en la décimo segunda sesión ordinaria del Congreso del Estado, el diputado, Luis Fernando Salazar Fernández, intervino para proponer que la LVI Legislatura solicitara a la CEAS y a la CNA un informe relativo al proyecto Fidagua, las etapas que comprende, el estado actual que guarda, el calendario de cumplimiento y las zonas que se impactarían con su aplicación.
“La inquietud surgió en base a unas publicaciones periodísticas que hablaban de la posibilidad de llevar agua de La Laguna a Saltillo, nos acercamos con empresarios de la región y nos externaron su preocupación”, comenta Salazar Fernández.
El diputado por el PAN dice que después se enteraron de manera extraoficial del proyecto del fideicomiso en el cual estaban involucrados los tres niveles de gobierno.
“Según supimos, había un plan para abastecer de agua a Saltillo en tres etapas: la primera de ellas consistió en la perforación de ocho pozos exploratorios del ejido Carneros II y 13 de La Casita, La India, Tinajuela y Palmas Altas para llevar agua a la capital de Estado”.
Los ejidatarios de las citadas comunidades se opusieron mediante un proceso legal que a fin de cuentas ganaron, con lo que el proyecto quedaba truncado. La infraestructura instalada en la región sur de Saltillo y parte del municipio de General Cepeda es evidencia de la inversión ejecutada.
La segunda fase, que ya no se realizó, planteaba llevar agua de los mantos freáticos de Parras de la Fuente y San José Patagalana.
La etapa última contemplaba el trasvase del vital líquido de las presas de la Comarca Lagunera a Saltillo.
El legislador informa que el punto de acuerdo de la sesión del 17 de junio de 2003 para conocer el estado de dicho proyecto, fue aprobado por unanimidad y turnado a la Oficialía Mayor para su ejecución. No obstante, a casi un año de que se hizo la solicitud a la CEAS y a la CNA, aún no ha habido respuesta.
El Siglo de Torreón se comunicó a la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento para pedir informa-ción respecto al Fidagua. El secretario técnico del organismo, Ramón Castillo, explicó que “nosotros no tenemos ya nada de eso porque ese fideicomiso ya fue liquidado y toda la documentación pasó a manos del Simas Saltillo, hoy Agsal... cuando llegamos en el año 2000, ya no había nada de eso en nuestros archivos”.
Vía fax, la gerencia estatal de la CNA en Coahuila, a cargo de Roberto Francisco Shuldes Dávila, responde a una serie de cuestionamientos hechos por El Siglo de Torreón. Sobre los proyectos de los pozos exploratorios denominados Carneros II y La Casita, contesta: “quedaron como pozos exploratorios y no tenemos conocimiento de que se pretenda incorporarlos al sistema de abastecimiento para Saltillo”.
Según la CNA, el principal problema de abastecimiento de agua en Saltillo “resulta de la distancia a las fuentes de explotación (hasta 40 kilómetros) y a la profundidad del nivel de extracción (hasta 120 m.) que se traduce en altos costos de operación y mantenimiento”.
Respecto a si la dependencia federal tiene conocimiento de algún proyecto relacionado con la intención de trasvasar agua en bloque desde la presas de la Comarca Lagunera hasta la ciudad de Saltillo, contesta escuetamente: “Los análisis preliminares que se realizaron indicaron que no resulta viable esa alternativa, no se formuló proyecto”.
Al final, la gerencia estatal sugiere llamar a la CEAS “para obtener mayores detalles”.
Aunque hoy todos niegan que el proyecto de llevar agua de La Laguna a Saltillo siga en pie, las dudas persisten y al parecer no hay quién esté dispuesto a aclararlas. Hay quien asegura que los planes pudieran retomarse.
“Que ni lo piensen”
Para Carlos Delgado López, presidente de Laguneros por el Agua A. C., las intenciones de llevar agua de La Laguna a Saltillo no prosperarán ya que ni la sociedad ni los empresarios van a permitir que un proyecto de esa naturaleza se realice.
“Que ni lo piensen, que ni se les ocurra, porque nosotros no los vamos a dejar”, asegura el también presidente del parque industrial Las Américas.
Cuestionado sobre si la asociación civil a la que pertenece tenía conocimiento de la formación del Fidagua y de los estudios de la posibilidad de trasvasar agua del Nazas a la capital coahuilense, Delgado López comenta que hace algunos años se enteraron del proyecto a través de la prensa. “Inmediatamente nos movimos para manifestar nuestra inconformidad”.
Laguneros por el Agua tuvo un acercamiento con gente de Parras de la Fuente, quienes en su momento se opusieron a las acciones del Fidagua, ya que éste pretendía invertir en la perforación de pozos en dicho municipio.
“Pero eso ya fue hace años, no creo que ahora sigan creyendo que van a poder llevar a cabo esos planes... yo pienso que eso ya está muerto, porque no es viable y la gente de La Laguna no se va a dejar”, dice Carlos Delgado.
INTEGRANTES
El 15 de agosto de 1995 se llevó a cabo la décima sesión del Comité Técnico del Fideicomiso, que en el informe aparece como Fidagua. Como integrantes del comité se cita a:
Rogelio Montemayor Seguy, presidente
Miguel Arizpe Jiménez, vicepresidente
Mario Eulalio Gutiérrez, vocal ejecutivo
Óscar Gutiérrez Santana, secretario técnico
Javier Ernesto Dávila Arizpe, secretario técnico
Antonio Juan Marcos Issa, vocal
Rogelio Ramos Oranday, vocal
Emilio Arizpe de la Maza, vocal
Javier López del Bosque, vocal
Pedro Aguirre Castro, vocal
Gaspar Valdés Valdés, vocal
Sergio Reyes Martínez, vocal
Juan Antonio Cedillo Ríos, comisario
José María Fraustro Siller, gerente
Beatriz E. Flores Alvarado, secretaria técnica del Ejecutivo
FUENTE: Informe de la décima sesión del Comité Técnico del Fidagua