SALUD / POR CADA DOS MUJERES UN HOMBRE PADECE EL MAL
POR MARÍA ELENA HOLGUÍN
EL SIGLO DE TORREÓN
En otoño e invierno las consultas se incrementan hasta en un 40 por ciento
TORREÓN, COAH.- Los especialistas coinciden en que la época de frío, aunado a las fiestas decembrinas y de fin de año, acentúan los padecimientos depresivos, que en algunas ocasiones desembocan en suicidios.
Es en estos casos cuando más que un “échale ganas” o “tú puedes” de las personas que le rodean, el paciente depresivo requiere de toda la ayuda especializada que le pueda encaminar a una solución de su problema, a través de tratamiento médico y psicoterapia.
Alberto Arroyo Rodríguez, miembro de la Asociación de Psiquiatría de La Laguna, considera que durante otoño e invierno las consultas se incrementan de un 30 a un 40 por ciento en comparación con el resto del año, aunque se dan aumentos mucho más elevados en los países nórdicos, los que registran una disminución mayor de la luz solar durante estas dos estaciones.
El psiquiatra refiere la necesidad de que la población tenga presente que la depresión es una enfermedad y no un estado de ánimo como piensa la mayoría.
Ésta se presenta en cualquiera de las etapas de la vida, desde la niñez hasta la senectud, aunque ocurre con más frecuencia en personas de los 17 a los 40 años, es decir la etapa más productiva del ser humano.
En proporción, por cada dos mujeres que sufren de depresión existe un hombre con este padeci-miento, de tal forma que es la población femenina la más susceptible.
Entre los síntomas más comunes que pueden advertir de un cuadro depresivo figuran: tristeza, falta de interés en realizar las actividades diarias; alteraciones en los hábitos alimenticios y en estadios graves, resaltan las ideas de muerte y posteriormente los intentos de suicidio, que se logran la mayoría de las veces.
Para el psiquiatra Alberto Arroyo, existen dos formas clínicas de depresión u orígenes del problema.
Unos son los factores exógenos como el recuerdo de seres queridos que ya no están presentes y durante ciertas épocas del año; cuando el paciente ha enfrentado un divorcio o separación que le implica la pérdida de una persona cercana; desaparición de estatus socioeconómico o haberse quedado sin empleo.
Otros son los factores endógenos, es decir, los cambios que ocurren en la bioquímica cerebral principalmente por la disminución de dos neurotransmisores llamados serotonina y noradrenalina.
El especialista refiere que las depresiones generalmente se asocian a trastornos de ansiedad, cuando la persona se muestra intranquila o angustiada y presenta síntomas de enfermedades psicosomáticas (aquéllas que se manifiestan en el organismo pero tienen un origen psíquico). Entre los padecimientos psicosomáticos más comunes resaltan las taquicardias, disnea (dificultades para respirar), sudoración de manos y úlceras gástricas.
Respecto del tratamiento que requiere un paciente con depresión, Arroyo Rodríguez manifiesta que generalmente debe hacerse una combinación de medicamentos antidepresivos y psicoterapia.
“Lo importante es que la gente tenga en cuenta que como cualquier enfermedad, requiere de un tratamiento y para eso estamos los especialistas”.
Tabú
“Cuando una persona se deprime, sus familiares creen que es por debilidad de carácter y suelen hacer la recomendación de que le ‘eche ganas’ o decirle repetidamente ‘tú puedes’, pero la realidad es que ese tipo de comentarios es lo que menos necesita el paciente... lo hacen sentir peor de lo que ya enfrenta consigo mismo”, expresa Alberto Arroyo. Más que eso, es cuando la persona requiere de ayuda profesional y especializada.
Sin embargo, la Psiquiatría sigue enfrentándose a una serie de tabús generados por la propia ignorancia, que impiden que una persona evidentemente enferma de depresión, sea canalizada y reciba la ayuda que necesita.
En este sentido, es muy extraño que un médico de cualquier otra especialidad que detecte una depresión canalice al paciente “pues lo más seguro es que éste se sienta agredido porque se piense que está loco y deje de ir con ese doctor”.
En las instituciones de salud pública existen departamentos de Fomento a la Salud que dentro de sus funciones está la promoción de la salud mental; sin embargo, son pocos o nulos los programas destinados a tal finalidad, sea porque no se le da la importancia que tiene o por la falta de presupuesto.
El Hospital General no cuenta con un área de Psiquiatría; en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se cuenta con dos especialistas para toda su población derechohabiente, mientras que la clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) cuenta con uno de éstos.
Advertencia
A los suicidios los antecede una neurosis depresiva, angustia o ansiedad que está cobrando un aumento importante en niños y jóvenes, lo cual debe preocupar a las instancias encargadas de promover la salud mental entre la población.
El aumento de suicidios entre adolescentes y niños se atribuye principalmente a la disfunción familiar, cuando quienes la integran no cumplen adecuadamente los roles asignados dentro de ella, es decir, que no se privilegia la calidad de atención y cuidados a los pequeños por parte de la madre o el padre.
Existen otros factores como la violencia y la desintegración familiar que también son detonantes para que un niño enfrente una depresión.
Según el epidemiólogo de la Jurisdicción Sanitaria Número Seis, Humberto Flores Muñoz, en los suicidios registrados durante los dos últimos años ha predominado el estrangulamiento como método para quitarse la vida, seguido por el uso de armas de fuego o arrojarse al paso de vehículos en movimiento.
Aunque son las mujeres quienes más inciden en intentos de suicidio, es la población masculina la que concreta este hecho en mayor medida.
Flores Muñoz explica que el principal motivo porque una persona se quita la vida es un estadio de depresión profunda o neurosis depresiva, generadas a su vez por problemas económicos o un trastorno emocional no resuelto.
Las neurosis más frecuentes son la angustia o ansiedad, maniaco depresivas y depresivas, además de las obsesivo compulsivas, éstas últimas tienden a evolucionar a otras enfermedades mentales como la esquizofrenia, aunque en este caso regularmente no se presentan ideas de muerte.
Signos de alerta
Cuando una persona enfrenta una depresión debe recibir toda la ayuda médica especializada, de ahí la importancia de que quienes rodean al paciente, conozcan los signos de esta enfermedad:
· Tristeza o abatimiento (llanto con facilidad)
· Falta de interés en realizar las actividades diarias y la pérdida de sensación de placer al llevarlas a cabo.
· Aislamiento
· Percepción “gris” de la vida
· Alteraciones en los hábitos alimenticios, sea la ingestión excesiva de comidas o dejar de comer.
· Disminución del placer sexual
· Alteraciones en el sueño (aumento o disminución)
· En estadios graves surgen ideas de muerte e intentos de suicidio
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón