Reivindica la red terrorista dos atentados contra este rubro.
EFE
RIYAD, ARABIA SAUDITA.- Al Qaeda, que comenzó atacando a extranjeros residentes en Arabia Saudita, centra ahora sus ataques en el sector petrolero, vital para la economía del país, en lo que parece un cambio de táctica de la red terrorista internacional.
En menos de un mes, Al Qaeda ya ha reivindicados dos ataques contra intereses petroleros, el primero de ellos el pasado primero de mayo en Yambo (costa del Mar Rojo), donde murieron cinco extranjeros, y el segundo el pasado fin de semana en Jobar (costa del Golfo Pérsico, a más de mil kilómetros de Yambo), donde murieron 22 personas, 19 de ellos extranjeros.
En ambos casos el modelo seguido ha sido el mismo: los atacantes han golpeado primero las instalaciones de una compañía petrolera o petroquímica y luego se han dirigido contra los complejos donde viven los numerosos extranjeros que trabajan en el sector.
Según advierten los observadores, Al Qaeda ha cambiado claramente de táctica, pues ha pasado de una fase de atentados contra los occidentales en general y las fuerzas de seguridad saudíes a una nueva fase en la que golpean a la actividad que hace vivir al reino saudí.
Todo esto se produce además en un contexto internacional de creciente preocupación por los altísimos precios del petróleo -que ronda los 40 dólares por barril- que la Organización de Países Exportadores de Petroleo (OPEP) quiere disipar en su reunión de Beirut del próximo jueves.
Las expectativas de que los países productores anunciasen un aumento de la cuota producción habían hecho que los precios se redujeran ligeramente, pero los expertos creen ahora que el atentado del pasado fin de semana puede anular ese efecto optimista.
No es casualidad que las autoridades saudíes, justo después de poner en libertad a los rehenes retenidos por los terroristas en la madrugada del domingo, se apresuraran a garantizar que la producción de crudo del principal país del mundo no se vería afectada.
Mientras que el ministro del Petróleo, Ali Nueimi, se reunía con representantes de las compañías petroleras para garantizarles la continuidad en las actividades de producción, la compañía estatal Aramco afirmó en un comunicado que todas las operaciones de extracción continuaban sin cambios.
Al Qaeda ya advirtió en su comunicado del pasado sábado -aunque no ha sido autentificado- que su objetivo habían sido las compañías “especializadas en el robo de los recursos de los musulmanes”.
Tras los atentados del primero de mayo, 90 trabajadores expatriados de la compañía ABB Lummus abandonaron el país y no hay duda de que el ataque contra las instalaciones de APICORP del pasado fin de semana persiguen el mismo objetivo, expulsar a las decenas de miles de occidentales que trabajan en el país, la mayoría en el sector petrolero.
En el complejo residencial atacado el pasado sábado o cerca de él viven ejecutivos de las petroleras más importantes del mundo, entre ellas Shell (holandesa), Total (francesa), Aramco (saudí), Lukoil (rusa) y la China Petroleum Corp, por lo que parece haber sido un blanco cuidadosamente elegido.
Hace ahora poco más de un año, el 12 de mayo de 2003, grupos terroristas islámicos -la conexión con Al Qaeda no se ha demostrado, pero los expertos la dan por supuesta- comenzaron una campaña de ataques contra complejos residenciales de extranjeros.
Al primer ataque, que dejó 35 muertos, siguieron otros, menos efectivos porque la seguridad se había reforzado en torno a estas “jaulas de oro” donde los extranjeros viven aislados de la sociedad saudí.
Las fuerzas de seguridad saudíes emprendieron entonces una lucha sin cuartel contra los grupos extremistas, y en los últimos meses los enfrentamientos entre los comandos y la policía saudí son casi semanales.
Al Qaeda ha multiplicado además sus amenazas contra el régimen de los Saud en Internet, con un estilo que se apoya siempre en versículos coránicos y que demuestra que tras él se esconden personas cultas con objetivos muy claros.
La pasada semana, el considerado líder de Al Qaeda en la Península Arábiga, Abdulaziz al Muqrin, sugirió a sus militantes comenzar una campaña de guerrilla urbana para derribar al régimen saudí por su alianza con occidente. Los ataques contra el oro negro pueden ser el arma más eficaz para acabar con un régimen que durante demasiado tiempo ha coqueteado al mismo tiempo con Estados Unidos y con el integrismo.
Policías saudíes registran hotel
Las autoridades saudíes registraron ayer un hotel en un elegante complejo residencial buscando evidencias que podrían haber dejado los presuntos militantes de Al Qaeda que protagonizaron una serie de ataques y una toma de rehenes.
Veintidós personas murieron, en su mayoría extranjeros, en la ola de violencia ocurrida entre sábado y domingo. Tres de los atacantes huyeron y uno fue capturado.
Manchas de sangre, trozos de vidrio, agujeros de bala y evidencias de estallidos de granadas podían observarse en el complejo residencial El Oasis, según un empleado que ingresó al sitio para evaluar daños. Afuera, soldados, algunos a bordo de vehículos con ametralladoras pesadas, mantenían a los curiosos alejados.
Desde la puerta podían observarse ventanas rotas en los pisos superiores del hotel donde varios militantes tomaron rehenes y los retuvieron durante un día, antes que fuerzas de seguridad saudíes irrumpieran en el complejo residencial y arrestaran a uno de los atacantes. Otros tres lograron huir.
Nueve rehenes murieron. La cifra oficial de muertos es de 22: ocho indios, tres filipinos, tres saudíes, dos singaleses, un estadounidense, un británico, un italiano, un sueco, un sudafricano, y un niño egipcio de diez años.
Hasta el momento, los rehenes sobrevivientes, varias docenas, no han querido hablar con la prensa. Las autoridades saudíes se han negado a ofrecer detalles de cómo concluyó el enfrentamiento. Comandos saudíes ingresaron al edificio en la mañana del domingo luego de determinar que los rehenes estaban siendo lastimados, dijo Jamal Khashoggi, asesor de la embajada de Arabia Saudí en Londres.
“Entonces, la intervención resultó necesaria”, indicó Khashoggi.
El empleado encargado de evaluar los daños en el edificio El Oasis, quien pidió no ser identificado, indicó que uno de los rehenes dijo que las fuerzas de seguridad permitieron a los atacantes huir pues estaban asesinando a rehenes.
SEGURIDAD PREOCUPA A LA OPEP
La Organización de Países Exportadores de Petroleo (OPEP) expresó ayer su preocupación por la seguridad en Arabia Saudita e Irak, mientras que el ministro de Petróleo de Katar señaló que el clima de temor en el mundo está causando un alza en los precios.
*“Estamos preocupados por la seguridad mundial y la estabilidad en todas partes, en los países productores y consumidores”, dijo Omar Faruk Ibrahim, portavoz de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, a periodistas cuando se le preguntó acerca del ataque del fin de semana en un centro petrolero de Arabia Saudita en el que murieron 22 personas.
*“Nos preocupa especialmente la falta de seguridad en nuestros países miembros Arabia Saudita e Irak”, dijo Ibrahim. No proporcionó más información, y sólo añadió que “la geopolítica ha desempeñado un papel fundamental” para contribuir al aumento en los precios del crudo.
*El ministro de Katar, Abdulá bin Hamad al-Atiya, dijo a periodistas a su llegada a Beirut que “el factor del miedo está vinculado a los incidentes políticos y geopolíticos en todo el mundo y a lo que está ocurriendo en Irak”.
*“Puedo afirmar que el aumento de ocho dólares por barril en el precio del crudo es resultado del factor del miedo”, dijo al-Atiya. “Nosotros en la OPEP hemos hecho nuestro mayor esfuerzo para eliminarlo, ofreciendo nuestra garantía de que no habrá ninguna crisis de suministro”.
FUENTE: AP