AP
MADRID, ESPAÑA.- Los terroristas que realizaron los atentados ferroviarios de Madrid se financiaban con la venta del hachís y la droga Extasis, dijo ayer el ministro del Interior Ángel Acebes.
Agregó que la célula que organizó los ataques “era local y autónoma, aunque sus líderes tienen conexiones con otros grupos fundamentalistas”.
Los investigadores analizan pistas en Gran Bretaña, Alemania, Bélgica, Túnez y Marruecos, indicó el ministro en una conferencia de prensa.
La célula terrorista al parecer obtuvo la dinamita utilizada en los ataques ferroviarios del 11 de marzo de varios delincuentes habituales en la región minera de Asturias, en el norte de España, que aceptaron como pago las drogas que les proporcionó el grupo, según Acebes.
Los terroristas utilizaron parte del dinero obtenido con el narcotráfico para alquilar un apartamento, comprar un vehículo y adquirir los teléfonos celulares utilizados como detonadores en las diez mochilas con las que mataron a 191 personas e hirieron a más de mil 800, dijo Acebes.
Acebes reiteró que el núcleo de la célula ha sido neutralizado con la detención de varios de sus integrantes y la muerte de siete sospechosos que se suicidaron el tres de abril mediante la detonación de una carga explosiva cuando la policía estaba apunto de allanar su vivienda. Pero se negó a descartar la posibilidad de nuevos ataques por parte de los miembros de la célula que siguen prófugos.
“No pueden ser descartadas nuevas acciones, dado el fanatismo de estos individuos”, dijo Acebes.
Las autoridades creen que los 200 kilos de dinamita comprada por los terroristas en Asturias fueron utilizados en los ataques o confiscados por la policía, dijo Acebes.
El cabecilla de la célula era el tunecino Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, pero los investigadores intentan establecer si tenía un superior, quizá con entrenamiento terrorista en Afganistán o en otros lugares, y si esa persona podría haber muerto con Fakhet y el resto de los atacantes suicidas, dijo Acebes.
Tres de los siete no han sido identificados.
Ocho personas han sido acusadas de los ataques seis con asesinato en masa y el resto con colaborar o pertenecer a una organización terrorista. Catorce de los 18 son marroquíes.
