La política en nuestro país se expresa –desgraciadamente- en un juego de máscaras.
Las formas son fondo, dicen, aunque en el contexto actual resulta en extremo difícil poder ubicar la sustancia. La ambiguedad e inconsistencia abren entonces la puerta a la incertidumbre y la especulación.
El residente Fox afirmó hace unos meses que la carrera presidencial estaba abierta y que todos aquellos que quisieran participar lo podían hacer públicamente; que no iba a ser como en los tiempos del PRI en que se golpeaban por debajo de la mesa.
La puerta estaba abierta: el sábado 29, justo después de la clausura de la Cumbre, el gobernador de Jalisco organizó el escenario para que el ex dirigente nacional del PAN y hasta ayer secretario de Energía, Felipe Calderón, se autodestapara.
El domingo, Fox reprobó el comportamiento del secretario y del gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña. “Me parece que fue más que imprudente haberlo realizado con una característica electoral, está fuera de lugar y fuera de tiempo, tanto lo digo por el secretario como lo digo por el gobernador”, dijo el mandatario.
La puerta estaba abierta, pero no para Don Felipe.
Ayer lunes, en un acto de elemental dignidad, el aludido presentó su renuncia como Secretario de Energía. La carta, sobria, pero con cierta dosis de reclamo, señala en su parte medular: “lamento profundamente la descalificación de la que he sido objeto. Es injusta y desmedida. Lamento también que su opinión me impida continuar en un cargo que precisa respaldo, autoridad y capacidad de interlocución. Es por ello que presento a usted mi renuncia al cargo de Secretario de Energía que me ha conferido”.
La lectura inicial es que la pugna al interior del PAN ya le costó la chamba a un miembro del Gabinete y que a falta de un mensaje claro y rumbo definido, esta pugna puede dejar más caídos.
La forma, que es fondo, refiere una severa crisis de liderazgo, ya ni en casa se puede mantener el orden. Tal vez este asalto lo gane el as que Fox trae bajo la manga, pero a un costo que puede poner en peligro la pelea.
