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MÉXICO, DF.- En ocasiones los términos técnicos dicen poco a las personas, como es el caso de la mención de la estimulación múltiple temprana, es decir una serie de ejercicios sencillos indicados por el médico, que ayudan de manera importante en el desarrollo de los bebés, pues contribuyen a madurar sus sentidos y fortalecer su relación con el medio ambiente y la familia.
De acuerdo con especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con este tipo de estimulación disminuye o se corrigen los signos de daño neurológico "leve o mínimo" de un pequeño, como son las dificultades para sostener la cabeza o mantener la mano cerrada después del primer trimestre de vida.
Afirman que se trata de un asunto relevante, ya que diez de cada 100 niños que nacen necesitan de estimulación múltiple temprana, cuestión que debe ser identificada por el obstetra en el momento del nacimiento, el pediatra en sus primeras consultas, o la madre al ver que el niño presenta algunos retrasos en su desarrollo sicomotor.
Según la jefa del Servicio de Potenciales Evocados de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Región Norte del IMSS, María de la Luz Montes Castillo, "es importante que los padres conozcan etapas clave en el desarrollo de un bebé".
Los puntos más importantes, dice, son: a los dos meses debe comenzar a sostener su cabeza; a los cuatro, a coger migajas u objetos pequeños y llevarlos a la boca, signos de coordinación ojo-mano-boca; entre los seis y los ocho, a sentarse; a los nueve, a "gatear"; a los 11, a ponerse de pie, y al año, a caminar.
Advierte que si estos factores se asocian a manifestaciones del bebé: llora todo el tiempo (de manera débil e inconsolable), no duerme y no quiere comer, son signos de alarma que deben ser revisados por un especialista.
Atención primaria
La doctora Montes Castillo explica que los factores de riesgo en la inmadurez neurológica de un bebé son los antecedentes de la madre durante el embarazo, como son diabetes mellitus o hipertensión arterial, contacto con la rubéola o toxoplasmosis; adicciones al tabaco, alcohol o ciertas drogas.
Existe peligro, agrega, si el niño fue prematuro, si nació por cesárea o con bajo peso; si fue extraído con fórceps (pinzas) o se le dio reanimación u oxígeno. También, si se puso amarillento (ictericia) o presentó alguna malformación congénita o si durante el primer mes de vida se enfermó y fue necesario que lo hospitalizaran o que le realizaran alguna cirugía.
Según la especialista, el programa de estimulación múltiple temprano lo imparte el IMSS en las unidades de Medicina Física y Rehabilitación y en los hospitales de Gineco-Obstetricia y Pediatría mediante un seguimiento neonatal.
Cuando un niño tiene un desarrollo normal, pero con antecedentes de riesgo para daño neurológico, es recomendable que acuda a valoración médica. Si se identifica que requiere estimulación múltiple temprana se le diseñarán actividades propias para su problema, y si el caso es muy leve, con algunas acciones que la madre pueda llevar a cabo en casa se ayudará al bebé.
Lo ideal es prevenir cualquier alteración que afecte el desarrollo adecuado del niño. Para ello el diagnóstico y atención oportunos son esenciales.
La supervisión de un médico es de suma importancia, pues para aplicar la estimulación se debe contar con asesoría especializada. El doctor es el indicado para decidir cuándo un niño requiere de esta terapia, que aun cuando es simple debe emplearse en los casos que lo requieren.
