Washington, (EFE).- El hallazgo en Argentina de cuatro fósiles de vertebrados no conocidos hasta ahora ha revolucionado la información sobre la extinción de la fauna y el clima mundial a finales del Triásico, hace más de 200 millones de años.
Esa información revela que la transición del periodo Triásico al Jurásico no fue tan catastrófica como la ocurrida en el hemisferio norte, afirmó a EFE el científico argentino Oscar Alcober, director del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de San Juan, en Argentina.
"Estamos documentando con mayor detalle lo ocurrido a finales del Triásico. Al parecer, en el sector sur de lo que fue el prehistórico supercontinente del Triásico, llamado Pangea, la extinción no fue la catástrofe del norte", dijo Alcober en una entrevista telefónica desde Denver (Colorado).
El científico argentino presentó un informe sobre el hallazgo de esos cuatro fósiles, de un total de más de 60, ante una reunión de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados en esa ciudad.
Estos fueron encontrados en una capa sedimentaria del Valle de la Luna, llamada Formación Ischigualasto, en el centro de Argentina y a unos mil kilómetros al oeste de Buenos Aires.
El panorama actual de esa región es el de rocas de extraños contornos tallados por el viento y de tierras rojas muy diferente al de 205 millones de años.
"El clima en la zona era de una estacionalidad muy marcada en la que se alternaban los períodos de sequía y de intensa humedad, muy parecido a lo que es el centro de Africa", señaló Alcober.
El paleontólogo manifestó que hasta ahora se creía que la transición fue una etapa de extinción animal generalizada que condujo al predominio de los dinosaurios en el Jurásico.
Sin embargo, el análisis de los fósiles revela un panorama diferente pues al parecer los vertebrados eran mucho más diversos en la región y eso altera el modelo de extinción que se tenía, dijo Alcober.
Hasta ahora el principal modelo de extinción es el de un cambio violento del clima en casi todo el planeta, el cual alteró de forma radical los hábitat de los animales que lo poblaban.
Los fósiles encontrados en la región central de Argentina corresponden a un dinosaurio prosaurópodo, dos protococodrilos muy pequeños y totalmente terrestres y un cinodonte mamífero del tamaño de un ratón cuya existencia se desconocía hasta ahora.
El dinosaurio es un herbívoro de cuello largo y patas macizas de no más de cuatro metros de largo, con un cráneo típico de muchos saurópodos del periodo Jurásico y el Cretáceo.
"Este espécimen muestra la increíble diversificación de los prosaurópodos a finales del Triásico. Este grupo ya se había diversificado antes del advenimiento del Jurásico", señaló.
Alcober explicó que es posible que las diferencias con la extinción ocurrida en el hemisferio norte se deban a la existencia de cuencas jurásicas en la región, las cuales fueron el principal factor que impidió un cambio dramático del clima.
"Todavía es difícil aventurar las diferencias entre ambas regiones. El caso es que no hubo una transición violenta entre el Triásico y el Jurásico" hace 205 millones de años, dijo Alcober, quien también presentará un informe sobre su investigación ante la Conferencia Anual del Instituto Earthwatch el sábado en Boston.
Las investigaciones del paleontólogo argentino se iniciaron en 1994 en el Valle de Ischigualasto con el respaldo de equipos de científicos del Instituto Earthwatch, una organización científica internacional sin fines de lucro.
Desde entonces el lugar, llamado Parque Nacional Ischigualasto-Talampaya es considerado un sitio de patrimonio mundial por la UNESCO.