Mucho para el comentario dejó el partido entre Algodoneros de la Comarca y Lobos de la BUAP, el miércoles anterior en el Auditorio Municipal. Antes de seguir, valga aclarar que el equipo local perdió por errores propios, a pesar de las decisiones arbitrales erróneas que se dieron en esa jornada.
Un equipo que tiene ventaja de 16 puntos en el último cuarto no puede cometer las pifias de Algodoneros, porque el público que paga un boleto tiene derecho a disfrutar, antes que nada, de un espectáculo serio, a pesar de que trata de un juego de basquetbol; en lo anterior está de acuerdo Eduardo Ganem, que mucho ha sufrido las derrotas de su equipo y está preocupado por mejorar.
Juan Romahn (qepd) fue un viejo y brillante personaje, decía que la primera condición de un basquetbolista para destacar, primero que nada era parecerlo. Romahn se refería a la forma de vestir de algunos jugadores, quienes parecen estar más ocupados en ese aspecto que en la atención que requiere un partido profesional.
El respeto por el público empieza desde la forma de salir a la cancha y la buena imagen que un profesional proyecta hacia la tribuna, en donde afortunadamente hay gran cantidad de pequeños, quienes generalmente imitan la conducta de los mayores. Todo lo anterior va muy ligado a la concentración que el jugador debe observar en la cancha durante los partidos, porque el cien por ciento de sus sentidos debe estar dentro de las cuatro líneas que delimitan la cancha.
Un aspecto fundamental en jugadores y cuerpo técnico es conocer los reglamentos del deporte que se practica, en este caso, el basquetbol. Nick Jones tenía la consigna de fallar el segundo tiro libre en la parte final del partido, pero lo hizo sin pegarle al aro, situación que por regla es violación y bola para el equipo contrario; fue aquí en donde Puebla encontró la puerta abierta para la victoria.
Willy Pagán, siempre metido en el partido, también falló un segundo tiro libre, pero sí le pegó al aro y él mismo recuperó la pelota para enfilarse a la línea de tres, de donde lanzó al aro exitosamente; con todo y eso Algodoneros tenía el triunfo en la bolsa, pero Samuel Reyes cometió falta inocente que dio un tiro más al de Puerto Rico y la posibilidad de empatar, lo que finalmente sucedió.
Si Willy Pagán recibe libertad absoluta para hacer su disparo de tres puntos, igualmente lo hace bueno, pero Algodoneros tendría ventaja de una unidad, con 16 segundos en el reloj y la bola en su poder, para una historia muy diferente, porque seguramente hubiera venido la falta de los Lobos.
Por si lo anterior fuera poco, los árbitros demostraron que en cuestión de reglamentos también están mal enterados, porque cuando Nick Jones se disponía a hacer su primer tiro libre, ordenaron a la mesa de anotaciones poner un segundo en el reloj, con el argumento de que hay una nueva regla que impide tiros libres con el cronómetro en ceros.
Lo anterior fue desmentido categóricamente el viernes anterior por el árbitro capitalino conocido como “Bibis” que posee el carnet de FIBA. Este silbante dijo que los libres debieron tirarse como quedó el reloj a la hora de la falta sobre Nick Jones. Por si eso fuera todo, cuando el árbitro pidió a la mesa agregar un segundo en el reloj, se puso una centésima y eso vino a complicar aún más la situación.
Y que tan bien estará la Liga Nacional de Baloncesto Profesional que para el juego del viernes frente a la Ola Roja del Distrito Federal, mandaron un árbitro de la capital del país, en una situación a todas luces anormal y que obliga a pensar cosas malas cuando se ven decisiones como las de esa noche.
Algodoneros de la Comarca va a estar en el play off, de eso pueden estar seguros sus seguidores; para el próximo partido ya estará con el equipo Charles Hanks, activado en lugar de Lawrence Nelson. Lo anterior indica que el equipo no tendrá un verdadero “cinco” para la parte final de la temporada y el play off, por lo que mucho va a depender de lo que hagan sus jugadores de media y larga distancia, pero esa táctica requiere bloqueos para abrir los espacios a tiradores como Issac Gildea; ese trabajo no se ha visto.
Ante la BUAP y la Ola Roja del Distrito Federal, no se vio un sistema ofensivo en operación y el juego se ganó en base a individualidades, pero en este deporte un equipo sin sistema no tiene un futuro halagador. Eduardo Ganem Pérez sabe de basquetbol porque lo jugó a buen nivel; como presidente de la organización, estamos convencidos que conoce lo que hace falta y quizá su intervención sea positiva para que cada elemento se ponga las pilas y camine con rumbo correcto hacia la consecución de cosas importantes, como las que merece la afición de La Laguna, esa que el viernes vibró cuando el juego vivía sus mejores momentos, con gritos de animación para Arturo “El Loco” Velazco.
Y una gran idea el Torneo de Basquetbol para mamás, en donde las Guerreras se distinguen como el mejor equipo en el Club San Isidro. Por cierto, éste es el único equipo al que se exigen credenciales por parte del comité organizador, aunque las cosas parecen cambiar por una enérgica protesta de la entrenadora, Mara Niño Córdova. Guerreras ha vencido con claridad a San Isidro en todos sus enfrentamientos y buscar artimañas para cambiar las cosas no parece el camino indicado; ojo Jesús Gómez Luján.
