“El escritor debe saber el modo de convencer a los demás de la verdad de sus mentiras.”
Mario Vargas Llosa
Sigo encontrando en publicaciones y medios electrónicos de México y del extranjero piezas con información falsa o engañosa sobre el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN). Si solamente una fracción de lo dicho en esos reportajes y comentarios fuera verdad, los tres países del TLCAN nos estaríamos apresurando a cancelar el tratado. Pero no lo hacemos porque sabemos que esto dañaría severamente nuestras economías. De hecho, si las consecuencias del TLCAN fueran tan malas, no entenderíamos por qué Chile y un grupo de países de Centroamérica firmaron el año pasado tratados de libre comercio con Estados Unidos. El de Chile entró en vigor este primero de enero.
La afirmación más común es que el TLCAN ha sido un gran fracaso económico. Pero esto es falso. El tratado representa una de las pocas decisiones económicas de México que han tenido éxito en la última década. El TLCAN ha conseguido sobradamente sus objetivos: aumentar el comercio, elevar la inversión y generar empleos. El comercio en el TLCAN se duplicó y el de México con Estados Unidos se triplicó. El tradicional déficit comercial de México con la Unión Americana se convirtió en un superávit que rebasa los 37,000 millones de dólares anuales. La inversión extranjera en nuestro país se triplicó. El sector exportador generó entre uno y dos millones de empleos, en un momento en que el resto de la economía mexicana estaba estancada.
“El TLCAN destruyó más de un millón de empleos en el campo mexicano.” Falso. Las exportaciones agropecuarias mexicanas se duplicaron en los diez primeros años del tratado. En todo caso el TLCAN le dio un soplo de vida a un sector agobiado por problemas estructurales. Es verdad que el número de trabajadores en el campo mexicano —un campo debilitado por un sistema ejidal que fragmenta la tierra y no otorga verdaderos derechos de propiedad — disminuyó a lo largo de la última década, pero no por el libre comercio. El agro mexicano está perdiendo empleos en un proceso histórico —de transferencia de mano de obra del campo a la industria y los servicios— que todos los países ricos han atravesado en su desarrollo. Es imposible tener al 25 por ciento de la población dedicada a labores del campo, cuando éstas sólo generan el ocho por ciento del producto interno bruto.
“El TLCAN redujo los salarios de los trabajadores mexicanos.” Falso. El único sector de la economía mexicana que logró sostenerse y seguir generando empleo y mejores salarios en la última década fue el relacionado con el libre comercio. Los salarios y las prestaciones del sector exportador son superiores a los promedios de la economía nacional y han representado una presión al alza sobre los salarios del resto de la economía.
“La crisis económica de 1994-1996 fue provocada por el TLCAN.” Falso. La devaluación de 1994 y el desplome económico de 1995 fueron producto de malas decisiones económicas gubernamentales. Se podrá argumentar indefinidamente si el error fue no devaluar a tiempo, como lo planteó Ernesto Zedillo, o devaluar como se hizo en 1994, que es el punto de vista de Carlos Salinas, pero la crisis no se relaciona con el TLCAN. Por el contrario, el libre comercio proporcionó la única válvula de escape a una economía que en 1995 estaba en caída libre.
“El TLCAN destruyó empleos en Estados Unidos y Canadá.” Falso. Los primeros diez años del tratado fueron también los de menor desempleo en esos dos países desde la década de 1960.
“El fracaso del TLCAN queda demostrado porque México ha seguido teniendo problemas económicos.” Falso. La economía mexicana tiene muchos problemas, pero el TLCAN no es uno de ellos. El lastre principal en los últimos años ha sido la resistencia de la clase política a realizar las reformas económicas que nos permitirían tener un país más competitivo, especialmente frente a China.
El gobierno chileno, consciente de las reales y positivas consecuencias del TLCAN para México, luchó durante años por obtener su propio Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Hoy éste ya es una realidad. Pero no deja de ser paradójico que, mientras los intelectuales y políticos mexicanos quieren destruir el TLCAN, otro país latinoamericano, con líderes más visionarios, se apresta a aprovechar las ventajas del libre comercio con Estados Unidos.
AMARTIZAR
Algunos medios anunciaron que la sonda estadounidense Spirit había “aterrizado en Marte”; la frase es incorrecta porque sólo se puede “aterrizar” en la Tierra. Otros dijeron que el Spirit había “amartizado en Marte”; esto es un pleonasmo, ya que sólo se puede amartizar en Marte. Lo más claro habría sido decir que la sonda “descendió en Marte”.
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