Emprender un negocio requiere de una particular fortaleza personal, pues siempre estará presente el riesgo y el temor de no alcanzar lo visualizado. Es obvio que sin la presencia y la incertidumbre que éstos conllevan, cualquiera tendría éxito en lo emprendido. Por lo cual esta fuerza interna se convierte en un ingrediente indispensable o por lo menos muy útil para el empresario y no sólo en los negocios, sino en cualquier proyecto de nuestras vidas.
La creatividad y el espíritu emprendedor son parte esencial de la naturaleza humana; sus orígenes son ancestrales, desde la aparición del hombre como ente pensante sobre la faz de la tierra. Lo aquí sugerido tiene un enfoque de negocios y de actualidad, pero considero que es aplicable en muchos campos vitales, sin tener qué ver necesariamente con determinadas etapas históricas o actividades humanas específicas.
Veamos algunas sugerencias para reforzar esa energía emprendedora.
No te limites. Quítate el paradigma de que el éxito se presenta sólo de vez en cuando y de que está reservado únicamente para un grupo reducido y selecto de personas. Y cree, con firmeza, que lo puedes convertir en algo cotidiano en tu quehacer empresarial. Esto equivale a imaginar que lo normal es triunfar; y que el fracaso en los negocios, por el contrario, debe de ser la excepción.
Ten la certeza de que puedes lograr todas las metas que te propongas. La certeza va mucho mas allá de la esperanza. No basta con creer. Es preciso saber que sí sucederá lo que anhelas. Cualquier pensamiento menor a la certeza no es la fe y la fuerza que se requieren para afrontar el reto de lo emprendido.
Ponte en acción. No es suficiente tener buenas intenciones y grandes esperanzas. Eso es como creer que todo el trabajo se reduce a una cuidadosa planeación. Es necesario que actúes, que hagas cosas afines a tus metas y a lo que quieres conseguir como visión de tu empresa. Es como reza el conocido refrán: ¡Ayúdate, que Dios te ayudará! Tienes que poner mucho de tu parte, dar el ejemplo ante tus colaboradores y aliados. Las palabras son necesarias, pero el ejemplo arrastra. ¡Es la fuerza de los hechos!, de la congruencia entre lo que dices y lo que haces.
Sigue adelante ¡siempre! No pierdas la certeza ni el impulso de lo emprendido ante la desesperanza que frecuentemente te acechará para invadirte y hacer que te cuestiones sobre la bondad de tu proyecto. Sigue adelante aunque dudes, evitando caer en la obstinación si el negocio no resulta productivo en un tiempo razonable.
Piensa en grande. No te metas en negocios pequeños, pues ni esos conseguirás. Aunque sabemos que lo prudente es iniciarlos en esa escala de poca inversión y gasto, busca los que tengan un mercado amplio, para un crecimiento cualitativo y de grandes utilidades. No te limites a “negocitos”. Busca lograr lo que quieres a pesar de que a los demás les pueda parecer imposible. Métete en la cabeza que para ti no hay imposibles.
Apóyate en la fuerza de la unión, con otras personas, con tus colaboradores, con otras empresas, agrupaciones de hombres de negocios, proveedores, clientes, etcétera, que sean tus aliados en el cabal cumplimiento de tus metas. Conviértete a ti mismo, junto con todos ellos, en una sola entidad sinérgica.
Emprende con entusiasmo todo lo que hagas. Recuerda que esta palabra proviene de la raíz griega entheos, que significa “Dios dentro de ti”. Si haces tu trabajo con ese entusiasmo, darás ejemplo y predicarás con la fuerza de él.
Estas fortalezas pueden ayudarte a transmutar tus ideas y energías emprendedoras en resultados victoriosos, a convertir los pensamientos en acciones y realidades tangibles. Y, de no ser así, siempre tendrás la alternativa de cambiar la estrategia, de corregir el rumbo, de reintentarlo.
Finalmente, todo esto se reduce a encontrar el mejor modo de aprovechar la energía de que dispones y encauzarla hacia tus mejores oportunidades.
La energía no se crea, ni se destruye... únicamente se transforma.
El autor es Consultor de Empresas en el área de Dirección Estratégica, con especialidad en Comercialización, Recursos Humanos y Finanzas. manuelsanudog@hotmail.com
