Hay pruebas científicas de que el fumar pasivo aumenta drásticamente el riesgo de cáncer de pulmón y otras enfermedades pulmonares tanto en humanos como en animales
Viena, (EFE).- El consumo pasivo de tabaco, encontrarse frecuente y prolongadamente en el mismo recinto que un fumador, no sólo es perjudicial para seres humanos, y en particular para los niños, sino también para los animales domésticos.
Un estudio presentado por la sociedad austríaca revela que los perros y gatos corren un elevado riesgo de enfermar de cáncer si continuamente sufren la carga del humo de tabaco.
El riesgo de un perro de contraer cáncer del pulmón se eleva en un 60 por ciento, informó Kurt Aigner, jefe de la sección de neumología del Hospital de las Isabelinas de Linz, Alta Austria.
Subrayó que el peligro de cáncer de la nariz es doble en los perros de hocico largo, como los del tipo collie o greyhound, mientras que en los gatos se triplica la probabilidad de enfermar de un linfoma, el tumor más frecuente en estos animales.
Aigner señaló además que el consumo pasivo de tabaco constituye uno de los factores nocivos más graves para lactantes y niños pequeños, que afecta ya a los aún no nacidos.
Por este motivo, los médicos apelan a los adultos que, como medida preventiva importante, no fumen en el coche ni en las habitaciones donde se encuentren niños.
Según el médico, hay pruebas científicas de que el fumar pasivo aumenta drásticamente el riesgo de cáncer de pulmón y otras enfermedades pulmonares, como el asma y la enfermedad pulmonar crónica obstructora, con los efectos de una bronquitis crónica.