EL SIGLO DE TORREÓN
En los "Campos Nuevos" abundan los vendedores clandestinos de cerveza.
CIUDAD LERDO, DGO.- El futbol sólo es una excusa. Domingo a domingo los aficionados lerdenses acuden a los “Campos Nuevos” para animar al equipo de su colonia y disfrutar unas cuantas cervezas, en estos terrenos la Ley seca no existe.
Aquí los vendedores clandestinos de cerveza también son ambulantes, llegan en sus vehículos, carros, camionetas o triciclos, es lo mismo, siempre y cuando sirvan para trasladar las hieleras llenas de “caguamas”.
Estas personas llegan temprano y se colocan a un costado de las canchas, no es necesario colocar anuncios para ofrecer su producto, las porras y los jugadores saben perfectamente quienes venden la cerveza.
Por eso cuando un futbolista sale de su casa no puede olvidar cargar en la maleta los envases, al final del partido el equipo se coopera para comprar la cerveza “familiar”, a 18 pesos cada una, los jugadores aseguran que es la forma perfecta de hidratarse, la porra se remoja la garganta y la gran mayoría alivia las secuelas de la resaca.
Los campos en mención están ubicados aproximadamente a 500 metros adelante del Instituto Tecnológico Superior de Lerdo, en total son seis canchas de futbol y una de beisbol, cada domingo acuden a este lugar más de 500 personas, El Siglo de Torreón realizó un recorrido por estos campos y se constató que ni una patrulla recorre estos terrenos.
Durante la visita se pudo apreciar que en todas las canchas había grupos de personas ingiriendo bebidas embriagantes, algunos eran aficionados, otros jugadores y algunos no sabían ni el marcador del partido que estaban observando, pero todos disfrutaban de una cerveza bien fría.
En la cancha número uno se desarrollaba un partido de finales, para definir al triunfador los equipos llegaron a la serie de penaltis, los aficionados con “caguama” en mano se colocaron alrededor del área para observar las ejecuciones, cuando se tiró el último penalty y se definió el partido, el vendedor de cerveza se alistó para atender a los jugadores que festejarían el triunfo y lamentarían la derrota.