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Gael García, más que un travesti

El País

MADRID, ESPAÑA.- Sin llegar al sufrimiento de Björk con Lars von Trier, en más de una ocasión García Bernal sintió que no estaba a la altura de las exigencias de Almodóvar. "Me gusta mucho repetir escenas; para mi gusto, las cosas empiezan a salir bien por ahí de la toma séptima. No tengo problemas con eso.

En Y tu Mamá También llegamos a hacer 24 tomas de una escena, pero se trataba de un proceso colectivo, con un personaje idéntico a mí. Ante Pedro tenía que descubrir un personaje que no sabía bien quién era, eso fue dificilísimo".

Las enseñanzas calaron con tal fuerza que, en las reuniones con amigos, el actor que fue el falso hermano de Andy García interpretaba canciones de Juan Gabriel con la gestualidad del travesti Zahara.

"Yo me parezco demasiado a mi madre", comenta García Bernal. "Traté de identificarme con otras actrices para no meterme en broncas personales. Como mi personaje es bastante horterilla, busqué otro modelo: lo que pudo ser Julia Roberts en Pretty woman. Su personaje hubiera sido más creíble si hubiera sido una ladronzuela. Pensé que eso me convenía, una Julia Roberts ladrona.

“El problema del travestismo es que a veces tratas de demostrar en cada gesto que eres mujer. El chiste está en sentirte tan mujer que no lo tengas que demostrar. Por eso, más que a drag queens españolas, estudié a Victoria Abril y a Carmen Maura. El secreto para hacer de hombre o de mujer está en las manos. Y las españolas mueven las manos de una manera muy distinta a las mexicanas. Ahí estaba la clave: en cómo iba yo a hacer ademanes y tomar las cosas. Fue muy difícil.

“Soñé que me quedaba para siempre de vestida. Nunca me había sumergido con tanta intensidad en una película, no hubo llanitos para descansar, todo fue a toda marcha".

Uno de los mayores logros de La Mala Educación deriva de que García Bernal convence más como drag queen que como Juan, el joven actor. Avanzada la película, la torpeza de Juan, su titubeante impostación, adquiere otro sentido al saber que ha suplantado a su hermano. "Ésa era la onda", asiente Gael.

"Lo que en principio parece exótico, acaba siendo más natural. Aunque no quiero ver los personajes por separado, son fantasías de una misma persona; nunca ves los colores del personaje. Sólo está desnudo cuando es niño".

“Soy una máscara”

García Bernal ha tenido que trabajar con valentía contra estos prejuicios. "No me preocupa el qué dirán", comenta. "Al contrario, justamente me llama la atención ver qué dirán. Cuando besé a Diego Luna en Y tu Mamá También pensé que en las calles me iban a gritar: ‘¡ese pin... p...!’, pero no fue así, en parte porque la gente sabe que te tiras al ruedo y estás actuando.

"El círculo del machismo se cierra cuando los duros acaban enamorados de un travesti, del prejuicio pasan a que se les antoje. Si algo me molestara, no lo haría. También se vale negarte.

"Además, nadie sabe si disfrutas o no. Nadie se va a enterar de la verdad. Soy una máscara, como los demás actores. A todos nos gusta asumir papeles que nos lleven lo más lejos posible. En eso somos muy predecibles. Queremos salir de Hitler, de Jesucristo o de mujer. Esos papeles son clichés del esfuerzo".

En sus cinco años de aprendizaje internacional, el actor que empezó como representante de un barrio bravo en Amores Perros ha encontrado que los prejuicios son exportables: "No hay país más puritano en el cine que Estados Unidos. Bastan tres bombazos de sexo para que pongan la clasificación X. Lo más triste de todo es que el puritanismo viene de las corporaciones, no de la gente. Esto le afecta mucho a los actores gringos.

"Es difícil que se arriesguen, sólo trabajan en su idioma; le temen a la desnudez, a lo distinto, se acaban comiendo a sí mismos. Ahí está Sandra Bullock haciendo siempre las mismas cosas. Los australianos y los ingleses son mucho más flexibles".

Victoria Abril ha dicho que es más difícil decir "te quiero" que desnudarse en escena. García Bernal está de acuerdo: "A veces las escenas íntimas son menos difíciles, porque se vuelve más evidente el filtro mágico del director; es más obvio que estás actuando. Además, en el caso del personaje Juan, yo tenía que actuar a alguien que estaba actuando. Luego pensé que tal vez Juan sí estaba disfrutando, no quise tenerlo claro. Me gustaba la incógnita".

Devastada reunión de soledades

De la mano de Pedro Almodóvar, García Bernal ha dinamitado su imagen tópica de galán latino para asumir un versátil teatro de la simulación. Con extraña fluidez, La Mala Educación transita por diversos planos narrativos; no es necesario armar la historia porque las diversas capas del pasado y la ficción se integran con la lógica natural del deseo, la fantasía y la memoria.

A diferencia de otras historias de Almodóvar donde los personajes avanzan, por rotos que estén sus destinos, hacia una felicidad posible y muchas veces inevitable, La mala educación es una devastada reunión de soledades.

Enrique resume su relación con Juan de este modo: "Quería ver hasta dónde podías llegar y hasta dónde podía soportar yo". Almodóvar sostiene que Sin Perdón es un thriller y Mystic River un western. Con La Mala Educación ha logrado un filme noir de las emociones.

Gael comparte la sensación de desgarramiento que deja la película: "El único momento tierno es el amor de Ignacio y Enrique cuando son niños. En el resto de la historia siempre hay una motivación adicional para el sexo, es muy interesante explorar hasta dónde puede lastimar esto".

Vi la copia cero de La Mala Educación en una sala madrileña rodeada de conventos. En las calles aledañas había un sitio reservado para el coche de la nunciatura y otro para el del arzobispado. En la pantalla, la nueva película de Almodóvar corría como una eficaz bomba de tiempo.

Aunque el director aclara que filmó sin ánimo revanchista "la Iglesia no me interesa, ni como adversario", es imposible ignorar que La Mala Educación se estrenará en la España donde se discute la enseñanza obligatoria de la religión y donde la jerarquía eclesiástica ha culpado a la libertad sexual de la violencia doméstica. En este clima de restauración, aunque la película sea ajena a la militancia anticlerical, irrumpe como el alegato de un Voltaire con cámara.

Después de pasar por la polémica en torno a El Crimen del Padre Amaro, Bernal comenta: "Lo peor que la Iglesia podría hacer es actuar como lo hizo con El Padre Amaro, negando que eso puede ocurrir. Lo mejor es aceptar que los problemas suceden, y que una institución que se corrompe se puede limpiar.

“Si aceptas la crítica ganas credibilidad, pero al negarlo todo y hacer declaraciones del siglo XVII, ellos mismos se jo... En La Mala Educación no hay una moralina contra la Iglesia. Se trata de una historia individual, su tema es saber si tienes derecho a meterle mano a alguien por la fuerza. El chavo de la película no se convierte en gay por culpa del sacerdote; lo negativo es el abuso de poder del padre".

La tentación: Hollywood

Aunque a García Bernal no le gusta considerar que "construye una carrera", todos los rumores que lo involucran apuntan hacia Hollywood. "No es algo que tú escojas, son ellos los que te eligen", responde. Sí, pero el elegido puede ir o no ir: la opción Banderas o la opción Bardem.

"Creo que no importa de dónde salga la película; lo importante es el proyecto, la carne, lo que te mueve a hacerla", precisa.

"Hace unos cuantos años hubiera sido más purista; pero, del mismo modo en que no haría cualquier cosa en México o en Argentina, tampoco lo haría en Hollywood. Nicole Kidman hace cosas muy buenas dentro y fuera de la industria".

La tentación de Hollywood parece más fuerte en el actual "momento de oro" del cine mexicano, que es un momento de fuga. Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Diego Luna, Salma Hayek y el propio García Bernal dependen, en buena medida, de su trabajo en el extranjero. Aunque Arturo Ripstein continúa su prolífica trayectoria en México, es rarísimo encontrar directores o actores con proyectos a largo plazo en el país.

"Es una vergüenza que el gobierno de Fox no garantice apoyos para el cine, como los que hay en Argentina o Brasil. México es muy atractivo para filmar y muy injusto para los productores. Para recuperar tienes que meter cuatro millones de espectadores en la taquilla, algo muy ca...

“He perdido la fe en este pin... gobierno, pero no la pierdo en hacer proyectos. Ni p..., nos tocó el modo neoliberal y tenemos que hacer un cine que sea negocio, pero se puede lograr que las visiones más personales interesen a la gente. Almodóvar ha demostrado que lo más personal puede ser universal.

“Por otro lado, la dificultad de hacer cosas en México te ayuda a no creértela demasiado. No creo en competir con otros actores. Aunque sea una de las cosas más comunes, yo ahí sí pierdo gacho. No tengo el ímpetu para meterme en eso".

En los perfiles de actores que publica Vanity Fair suele aparecer el momento de entrega histérica en que una estrella se arroja a los pies de su agente para que le consiga el papel de su vida. ¿Hay un anhelo de este tipo para Gael García? "No, porque me interesa más desarrollar ideas que no vengan de mí. Me molesta mucho el drama dentro del drama, pelearme para ser como yo. ¡Qué hue...! Todavía me siento muy verde y quiero mantenerlo así, quiero que todo sea más instintivo".

García Bernal planea instalarse en México, hacer teatro ahí, ver partidos de los Pumas y, por supuesto, tener vecinos. Cuando se le señala que España queda un poco lejos de sus próximos rodajes, protesta: "¡Tampoco es Australia!"

El papel más difícil de su trayectoria le ha llevado a una conclusión peculiar: "Al ver La Mala Educación sentí algo muy extraño: no había sorpresas. Siempre me había pasado que entre la actuación y el armado salía algo inconsciente, reacciones que no esperaba en mí. Esta vez todo salió como esperaba. Lo raro es que trabajé a partir de puras inseguridades".

Con mucho trabajo

Gael García Bernal nace en Guadalajara, México, el 30 de noviembre de 1978.

-Desde muy niño empieza en la actuación, gracias a que sus padres son ambos actores, aunque él mismo asegura que nadie le obligó. En 1989, actúa en la telenovela Teresa con Salma Hayek, en la que interpretaba a Peluche.

-En el mismo 1989 hace hizo una obra de teatro junto a su amigo Diego Luna que se titulaba El Rapto De Las Estrellas y en 1992 protagoniza la telenovela infantil El Abuelo Y Yo con Ludwika Paleta y el propio Luna. Con el mismo nombre montan la obra de teatro musical con la que recorren la República.

-Después protagoniza varios cortometrajes y ejercicios para escuelas de cine, entre ellos el corto De Tripas, Corazón que fue nominado para los Oscar como Mejor Cortometraje. Interviene en la obra de teatro, Roberto Zucco dirigida por Catherine Marnas y hace un cortometraje en Uruguay dirigido por Rodrigo Pla, El Ojo en la Nuca.

-Cuando tiene 17 años de edad viaja a Europa y estudia arte dramático en The Central School of Speech and Drama en Inglaterra. En enero de 2000 acepta la invitación de Alejandro González Iñárritu para trabajar en Amores Perros.

-Sin duda alguna Amores Perros marca el gran despegue de Gael en México y junto con ello logra la fama internacional. En 2001 Gael vuelve a reencontrarse con su amigo de toda la vida, Diego Luna, para trabajar en Y Tu Mamá También junto con la actriz española Maribel Verdú y dirigida por el Mexicano Alfonso Cuarón.

-Después de Amores Perros, Gael ha trabajado en varias películas en distintos países, incluida Argentina en donde trabajó en una producción de Fito Paez titulada Vidas Privadas. Entre el resto de su filmografía se encuentran también Sin Noticias de Dios, I’m With Lucy, El Crimen del Padre Amaro, Obsesión (Dot the I), Don’t Tempt Me y Diarios de Motocicleta, así como las venideras La Mala Educación, de Pedro Almodóvar, y The King, donde comparte créditos con Sam Shepard.

FUENTE: Agencias

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