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ESTOCOLMO, SUECIA.- El noruego Finn Kydland y el estadounidense Edward Prescott ganaron el premio Nobel de Economía 2004, por su análisis de cómo se define la política económica y qué determina los ciclos económicos.
“Su trabajo no sólo ha transformado la investigación económica sino que ha influenciado profundamente la práctica de la política económica en general, y la política monetaria en particular”, dijo la Real Academia Sueca de Ciencias en su anuncio.
Su investigación ha “transformado la teoría de los ciclos económicos al integrarla con la teoría del crecimiento económico”.
Kydland, quien es profesor de Carnegie Mellon University y de University of California, y Prescott, quien trabaja en Arizona State University y es asesor del Banco de la Reserva Federal de Minneapolis, compartirán el premio de diez millones de coronas suecas (1.36 millones de dólares).
Su investigación en 1977 sobre el problema de “consistencia de tiempo” describió la manera cómo los expertos en política a menudo tiene un efecto opuesto al que pretenden lograr debido a que carecen de consistencia, por ejemplo, afanándose por mantener los precios estables pero de hecho creando inflación.
Su trabajo contribuyó a cambiar el enfoque en el diseño de políticas hacia las instituciones en lugar de hacia medidas aisladas.
En 1982 Kydland y Prescott crearon un modelo que mostró que los impactos por el lado de la oferta, como el de la tecnología, son una fuerza determinante del ciclo económico, en lugar de las variaciones solamente por el lado de la demanda.
“Aunque investigaciones anteriores habían puesto el énfasis en los impactos macroeconómicos por el lado de la demanda de la economía, Kydland y Prescott demostraron que los impactos por el lado de la oferta pueden tener efectos de largo alcance”, indicó la Academia.
Finn Kydland, pidió ayer a los Gobiernos del mundo garantizar la autonomía de los bancos centrales y criticó lo que dijo es la falta de independencia de las autoridades monetarias en América Latina.
“Entre más independientes sean de las autoridades políticas”, los bancos centrales podrán con más facilidad seguir las recomendaciones de Kydland de tener una mayor transparencia ligada a las reglas y ser más predecibles.
“Desconozco si los propios bancos pueden hacer algo mejor, pero de alguna manera se les tiene que otorgar independencia”, sostuvo.
Kydland se enteró que era ganador del Nobel de Economía mientras dictaba una conferencia como invitado en la Escuela Noruega de Economía y Administración de Empresas en Bergen, en el oeste del país.
El economista, de 60 años, tuvo que interrumpir su discurso para responder la llamada telefónica en la que se le anunció que había obtenido el premio, según relató en una entrevista.