Hamm gana el oro y hace historia en gimnasia de EU.
Agencias
ATENAS, GRECIA.- El estadounidense Paul Hamm dio ayer a la gimnasia de su país el primer oro en el concurso completo (All around) de unos Juegos Olímpicos desde el que ganó Julius Lenhart en 1904.
Hamm, que ya se proclamó el año pasado campeón del mundo, rompió en el Pabellón Olímpico de Atenas una de las pocas barreras del deporte de su país, en el que los títulos de gimnasia siempre corrían a cargo de las mujeres.
Desde 1904 sólo una vez más había llegado un norteamericano al podio, en 1984, año del boicot soviético, con la plata de Peter Glen Vidmar.
Hamm, cuyo hermano gemelo Morgan también es miembro del equipo pero no estaba clasificado para esta final, destacó entre la élite mundial con los 57.823 puntos que le dieron el oro.
También se hicieron sitio en el podio los surcoreanos Dae Eun Kim, plata (57.811), y Tae Young Yang, bronce (57.774).
Dura caída
Hamm ganó el oro de manera inesperada y en el último aparato, con sólo doce milésimas de ventaja sobre Kim y con el desacuerdo de una parte del público ante las notas repartidas por los jueces.
Con no menos de media docena de candidatos al oro, los gimnastas arriesgaron al máximo en busca del podio y fue posible contemplar grandes presentaciones pero también errores inesperados.
Las esperanzas de título de Hamm parecieron haber terminado de manera aparatosa en la cuarta rotación cuando calculó mal su tiempo al saltar y terminó de costado antes de rodar a la colchoneta. Perdió el control de tal manera que uno de los jueces hubo de sujetarle para que no terminara encima de su mesa.
Con la frustración reflejada en su rostro, el estadounidense caminó a su asiento pensando que sus aspiraciones se habían esfumado incluso antes de que su puntaje de 9,137 apareciera en el tablero.
Su nota parecía descartarle para el oro, incluso para el podio, y dejar el asunto entre dos compañeros de equipo, Kim y Yang, éste duodécimo en el último Mundial.
Sin embargo, luego que su principal rival, el chino Yang Wei, corriera igual suerte casi 20 minutos después al perder inexplicablemente el control en la barra horizontal, Hamm sabía que tenía una posibilidad de regresar y completar una noche memorable para los estadounidenses.
“Esta es la recuperación más impresionante en la historia de la gimnasia”, dijo Brett McClure, compañero de equipo de Hamm, quien se ubicó noveno. “Paul trabajó mucho y realmente se merecía el triunfo”, agregó.
Final de película
Aunque Kim obtuvo un 9.725 en barra y Yang un 9.475, Hamm, el último en salir, hizo correctamente los molinos a una mano, encadenó tres sueltas seguidas y clavó su salida. El ruidoso apoyo del público estadounidense fue el último empujón que animó a los jueces a darle un 9.837, la mejor nota del día junto a la que él mismo había sacado en paralelas.
Después del norteamericano y de los surcorenos acabaron el rumano Ioan Silviu Suciu y el español Rafael Martínez, que a sus 20 años y en su tercera competición internacional superó al japonés Horoyuki Tomita, al chino Wei Yang, subcampoeón mundial, y al campeón de Europa, el también rumano Marian Dragulescu.
Yang comandó la primera mitad del concurso, pero un fallo garrafal en barra le condujo hasta la séptima plaza.
Rusia ofreció de nuevo una impresión mediocre, con sus gimnastas Georgi Grebenkov y Alexei Bondarenko en los puestos duodécimo y decimotercero, respectivamente.
“Siempre supimos que Paul era lo mejor que teníamos”, dijo en tono exultante Bob Colarossi, el presidente de la federación estadounidense de gimnasia. “Recuperarse de una caída así y después completar una rutina perfecta para llevarse la victoria... es increíble”.
Hoy se disputará la final individual femenina, con la posibilidad de que Estados Unidos sume un nuevo oro gracias a Carly Patterson.