Triunfo de Tampakos y caída de Khorkina conmocionan a los helénicos.
EFE
ATENAS, GRECIA.- La victoria del griego Demóstenes Tampakos en anillos y la caída de la rusa Svetlana Khorkina en asimétricas levantaron de los asientos, preso de emociones distintas, al público local, que por primera vez, en el penúltimo día de la competición de gimnasia, llenó el Pabellón Olímpico de Atenas.
Los aficionados griegos, necesitados de buenas noticias tras los escándalos de dopaje que ha protagonizado el equipo de su país, se entregaron en cuerpo y alma a Tampakos en la final de anillos.
Tanto, que a veces rozaron las malas formas y silbaron a un gigante de la gimnasia, el italiano Yuri Chechi, cinco veces campeón del mundo de la especialidad, mientras hacía su ejercicio.
Tampakos, campeón de Europa y subcampeón del mundo de esta especialidad, obtuvo un 9.862 que resultó inalcanzable para sus siete rivales. A la vista de tan alta calificación, el gimnasta palideció y fue incapaz de sonreír durante el resto del concurso.
Salió el primero y no hubo nadie que arrancase a los jueces una nota superior.
La plata fue para el búlgaro Jordan Jovtchev (9.860), que previamente había ganado el bronce en suelo, y el bronce para Chechi, de vuelta a la gimnasia después de una larga retirada.
A sus 34 años no tuvo problemas para retomar la senda del podio y dar lecciones de cómo se presenta un ejercicio de anillas.
Otra veterana en activo, la rusa Svetlana Khorkina, se despidió de la competición olímpica de la peor manera posible, con una caída en asimétricas, el aparato que ha dominado como nadie.
Khorkina, tres veces campeona del mundo, fue octava y última en un concurso ganado por la francesa Emilie Lepennec.
Después de Lepennec, que obtuvo un 9.687, terminaron dos estadounidenses, Terin Humphrey, plata con 9.662, y Courtney Kupets, bronce con 9.637.
Khorkina apenas pudo contener las lágrimas tras perder la mano en un elemento relativamente sencillo, unos giros sobre la barra, y caer al suelo ante el asombro del público.
A duras penas acabó su ejercicio, que le valió un 8.925, una nota insólita para una mujer que desde 1996 había ganado absolutamente todos los títulos olímpicos, mundiales y europeos de ese aparato.
La rusa, que ya tiene 25 años, había prolongado su carrera con el objetivo de luchar en Atenas por tres oros: el de equipos, el individual y el de asimétricas. Se va de Grecia sin ninguno de ellos, aunque con dos visitas al podio: el bronce por equipos y la plata en el concurso completo. El que pareció más fácil se escapó ayer en un segundo.
Khorkina tenía previamente otras cinco medallas olímpicas: dos oros en asimétricas, en 1996 y 2000, y tres platas, por equipos en 1996 y 2000 y en la final de suelo de 2000. Tiene los títulos mundiales absolutos de 1992, 1997 y 2003 -la única gimnasta, hombre o mujer, con la triple corona-, y los europeos de 1998, 2000 y 2002.
La rumana Mónica Rosu se hizo con el oro en salto con una nota media de 9.656 puntos tras sus dos intentos. El segundo, especialmente, fue magnífico.
La plata fue para la estadounidense Annia Hatch, con 9.481, y el bronce para la rusa Anna Paulova, con 9.475. La campeona en Sydney, la rusa Elena Zamolodchikova, fue cuarta.
Fue la segunda medalla de oro para Rosu, que ya se proclamó campeona por equipos con sus compañeras de selección. Demostró ser la mejor saltadora de principio a fin, desde la ronda de clasificación hasta la lucha por las medallas de ayer.
El canadiense Kyle Shewfelt ganó el oro en suelo, con 9.787 puntos, y con la misma nota obtuvo la plata el rumano Marian Dragulescu. Los complicados criterios de desempate que aplica la Federación Internacional, con sucesivos descartes de las notas de los distintos jueces, establecieron la diferencia.
El bronce fue para el búlgaro Jordan Jovtchev (9.775), que había obtenido el mismo metal en Sydney. El español Gervasio Deferr, que aspiraba al podio, se quedó en 9.712.
Dragulescu dio una lección de deportividad al bajar del podio al admitir que, aun con su misma nota, Shewfelt había sido mejor.
"Kyle actuó mejor que yo. La diferencia entre ambos ejercicios fue muy pequeña, pero existió y él fue mejor", aseguró.
El canadiense fue bronce en suelo en el último mundial, por detrás de dos rivales a los que ayer superó: Paul Hamm y Jovtchev.
El chino Haibin Teng se proclamó campeón de caballo con arcos, superando al defensor del título, el rumano Marius Urzica, que fue segundo. Teng obtuvo una nota de 9.837 por 9.825 de Urzica. El bronce fue para el japonés Takehiro Kashima, con 9.787.
Hoy se disputarán las cinco finales por aparatos que pondrán término a la competición.