MIAMI, EU, (EFE).Una "doble moral" invade el ambiente musical con el anuncio de la cantante cubano-americana Gloria Estefan de no hacer más giras.
Por una parte está el lado emotivo de la carrera artística, esa que establece un lazo con el público que compra discos y canta en los conciertos y por el otro está el factor económico que genera la riqueza necesaria para mantener el tren de vida de estrella.
Bien es sabido que la mayor parte de los ingresos de los artistas proviene no de la venta de discos, sino de los conciertos y otros menesteres, como la publicidad.
Por eso el anuncio del fin de las giras de conciertos de Gloria Estefan dejó a algunos con más preguntas que respuestas.
"No es un retiro", dijo el lunes pasado en rueda de prensa en Nueva York, es una actividad tras bastidores, puesto que asegura que desea componer para otros artistas y abrirse camino en el cine, donde ha incursionado con anterioridad.
"Me gusta el directo, es la mejor manera de contactar con tu gente, pero me siento incapaz de hacer una ?macrogira?, porque tienes que someterte a una disciplina militar para la que ya no estoy preparada", dijo hace un año en entrevista con EFE, quizás como presagio de lo inevitable.
UNA EXTRAÑA DESPEDIDA
Sus hijos Nayib, de 23 años y Emily Marie, de 13, por los que reniega llevar su música de gira, no vivieron el adiós de su madre.
Su "despedida" la hizo compartiendo el podio, nada más y nada menos, con una de las personas que menos tiene que ver con el ambiente musical, pero que conoce a la perfección el mundo económico y de negocios, Donald Trump.
Para otros, dedicar su "adiós" al hombre que le brindó la oportunidad de cantar en el escenario de la mujer más bella del planeta, -siendo él quien mueve los hilos y el dinero detrás de las bambalinas del certamen Miss Universo-, que resultó en un percance por fallas de sonido, pero que por los años de experiencia Estefan supo manejar.
La realidad es que para no pocos el momento de gloria de la Estefan se disipó en la década de los noventa con la culminación de la época de "Conga" y "Dr. Beat".
De la mano de su esposo, el triunfo fue sólido y Miami Sound Machine fue la cúspide de su carrera que más tarde le permitió sus minutos de fama para brillar en solitario.
Su aparatoso accidente en 1990 le permitió sentirse como decía su canción "coming out of the dark", por lo que una vez recuperada probó sonidos de gospel y blues, rumba de reminiscencia cubana y pop-rock en inglés.
Más recientemente, su nueva producción en inglés, "Unwrapped", que incluye cuatro temas en español, fue catalogado por los críticos musicales como un "intento de reactivar su carrera" y "una manera de ?reinventarse? a sí misma".
Pero, 23 discos y más de 70 millones de copias vendidas respaldan a esta artista cubanoamericana.
"La música ha sido una de las cosas más hermosas en mi vida y siempre será una gran parte de lo que soy y de lo que hago. Y a pesar de que seguiré escribiendo y grabando y haciendo todo lo que conlleva esta increíble forma de vida, ésta será mi última gira", declaró.
"Seguiré allá afuera promocionando cuando tenga algo nuevo para ofrecerles y haciendo todo lo demás que forma parte de mi carrera".
Para cerrar con broche de oro lo hace con Life and Re-Wrapped Summer 2004, su gira de conciertos que arranca el 30 de julio y culmina el 25 de septiembre en la ciudad del sol que la cobija desde su exilio.
