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Gobernadores fronterizos/Archivo adjunto

Luis F. Salazar Woolfolk

La celebración de la vigésima segunda Conferencia de Gobernadores Fronterizos de México y Estados Unidos, ofrece un marco de reflexión sobre los problemas comunes que enfrentan ambas naciones.

En esta ocasión correspondió al gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, el fungir como anfitrión y a la ciudad de Santa Fe ser la sede del evento.

Dos fueron los grandes rubros a tratar en la reunión referida: La evaluación de los resultados del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica y la seguridad en la frontera común.

Es de reconocer que en rigor estricto, la decisión en ambos temas corresponde a los Gobiernos Federales de cada país, sin embargo, las tendencias indican la necesidad de hacer el planteamiento, reflexión y análisis en los espacios locales de Gobierno en una primera instancia, como condición para que los resultados de las negociaciones diplomáticas sean fructíferas a nivel de cancillerías.

En efecto, el diseñar meras soluciones de gabinete para resolver la problemática social y política, en el caso de la frontera o en cualquier otro campo de la sociedad actual, sería esfuerzo vano y estéril.

Las deliberaciones de los asistentes en torno a la seguridad en la frontera, tocan diversos aspectos técnicos que implican la coordinación de las fuerzas policíacas federales y estatales en ambos lados. La lucha preventiva en contra de la internacional terrorista, obliga a sumar esfuerzos y cerrar filas.

Como presupuesto indispensable de la seguridad se considera la cuestión de los inmigrantes, en particular los ilegales. La aceptación del fenómeno migratorio como un tema social y no policíaco, constituye una condición para el tratamiento adecuado del problema desde el punto de vista humanitario y estrictamente práctico.

A ello se debe que el investigador Gary Clyde, Miembro Senior del Instituto de Economía Internacional de Washington, haya arrancado una ovación general de los asistentes al calificar de inhumana la deportación de cualquiera que hubiera trabajado por cinco o diez años en los Estados Unidos, lo que ofrece una idea de que con el tiempo, el tratamiento del tema ha ido evolucionando en forma positiva en el ánimo de la clase dirigente norteamericana y del ciudadano común.

En cierto rubro los avances han sido modestos pero al fin constantes, como lo demuestra el hecho de que la estancia de los portadores de visa láser en la franja fronteriza, que hasta ahora se limitaba a setenta y dos horas, haya sido ampliada por el Gobierno del vecino país en coincidencia con esta reunión, a un plazo de treinta días, con miras a crecer a seis meses.

El foro sirvió también como oportunidad para evaluar los resultados del tratado de Libre Comercio a diez años cumplidos de su vigencia, lo que implicó el análisis de los beneficios que de dicho tratado han derivado para ambos países, sin que faltaran los argumentos que cuestionan los desajustes que existen, derivados de la relación desigual entre las economías participantes. En ese sentido, la conferencia se llevó en el marco positivo que ofreció la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos, que restituye los derechos de tránsito del autotransporte mexicano en el país vecino.

La celebración de la Conferencia de Gobernadores Fronterizos siempre es promisoria y en este caso, se vio influenciada por los efectos de una campaña presidencial en la que los partidos Republicano y Demócrata, disputan la preferencia de los electores en cada palmo del terreno. El evento ofreció su propia carga político-electoral y en esa medida el diálogo binacional incide en la decisión de los electores de acuerdo a las propuestas de los candidatos y los partidos en cuanto a los temas que fueron objeto de tratamiento.

Es importante destacar que los resultados de la reunión, son el reflejo de las aspiraciones de las comunidades locales representadas en el evento, que concurren con otros muchos factores al proceso político-electoral, con su propio peso específico. La Conferencia de Gobernadores, es parte de un ejercicio democrático y de participación, mediante el cual construimos un mejor porvenir.

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