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México, DF.- La actriz de origen sueco Greta Garbo, ?La Divina?, una leyenda del séptimo arte y una de las primeras superestrellas del cine de Hollywood, entre cuyas películas destacan El Torrente, Ana Karenina, Ninotchka y La Dama de las Camelias, nació el 18 de septiembre de 1905, en Estocolmo, Suecia. Greta Lovisa Gustafsson, su nombre verdadero, fue la hija menor del trabajador de limpieza Karl Alfred Gustafsson y de Anna Lovissa Karlson, campesina recién llegada a la ciudad que trabajaba como empleada de hogar.
Huérfana a los 14 años de edad, Greta tuvo que dejar el colegio y empezar a laborar. Su primera ocupación fue en una barbería masculina y más tarde entró a unos importantes almacenes en los que fue utilizada como modelo de anuncios comerciales de algunos productos, lo que dio pie a su carrera como actriz. Ante la ilusión desbordante de aparecer en esos cortos publicitarios, estudio actuación en la Real Academia Dramática de Estocolmo. Ahí conoció a Frans Enwall, profesor que la recomendó al director Eric Petscher, quien la hizo debutar en 1921 en la película Pedro el tramposo.
Tras su comienzo en breves papeles, Greta alcanzó el estrellato gracias al director Mauritz Stiller, uno de los grandes creadores del cine mudo, quien le cambio el apellido y le aconsejo refinar su estética. Juntos viajaron a Alemania y Estados Unidos.
Películas como La Expiación de Gosta Berling (1924), de Stiller, y La Calle sin Alegría (1925), de G. W. Past, hicieron de la actriz un rostro conocido en todo el mundo.
La Metro Goldwyn Mayer propuso a Stiller que continuara su carrera en Hollywood, quien impuso como condición que su joven actriz también fuera contratada y fue así como Greta Garbo llegó a Estados Unidos, entre el escepticismo de sus ejecutivos.
La artista europea no tardó en convertirse en una gran actriz romántica, quien por su soledad y su desprecio de las convenciones mundanas fue llamada La Divina.
Al continente nuevo llegó en 1926 y su debut en Hollywood se produjo con la película El Torrente (1925), a la que le siguieron La Tierra de Todos (1926), El Demonio y la Carne (1927), Ana Karenina (1927), La Mujer Divina (1928), La Dama Misteriosa (1928) y El Beso (1929), entre otras. En todas ellas, Garbo supo amoldarse al arquetipo de mujer distante, enigmática e indestructible que triunfaría en el cine mudo.
Fue durante el rodaje de El Demonio y la Carne en el que conoció a John Gilbert, quien sería su pareja sentimental durante largo tiempo en una fría relación, debido a las supuestas tendencias bisexuales de la diva sueca. La llegada del cine sonoro no perjudicó el glamour y estatus estelar de Greta y su exitoso debut en las películas habladas como Anna Christie (1930) y Romance (1930), fueron los más claros ejemplos.
Tras la muerte de John Gilbert, en 1936, la vida amorosa de Garbo se volcó en el aspecto femenino con compañeras como Bárbara Kent, Marie Dressler, Paulette Duval y sobre todo, Mercedes de Acosta.