AGENCIAS
LONDRES, INGLATERRA.- La general estadounidense Janis Karpinski, que comandaba la unidad encargada de la prisión iraquí de Abu Ghraib, declaró ayer que los abusos a presos iraquíes se inspiraron en el estilo de interrogatorio utilizado en Guantánamo.
Karpinski, que fue suspendida de su cargo al frente de la Brigada 800 de la Policía Militar tras trascender el escándalo de las torturas, afirmó que el general Geoffrey Miller, que fue supervisor de los centros de detención en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba), le dijo que había que tratar a los reclusos “como perros”.
La jefa militar asegura que Miller, quien ahora se ocupa de las prisiones de Estados Unidos en Irak, le explicó que en Guantánamo habían aprendido que los detenidos tenían que “ganarse cada una de las cosas que tenían”.
“Dijo que eran como perros y que si les permitías creer que eran más que eso, perdías el control sobre ellos”, recordó Karpinski.
“Estas acusaciones son opuestas a la filosofía de trato humanitario para todos los detenidos en todas las circunstancias que el mayor general Miller adoptó primero en Guantánamo y ahora constituye su posición en Irak”, sostuvo.
La general estadounidense reiteró que ella nunca supo nada de las torturas a presos porque no visitaba la parte de la prisión donde se cometieron, que estaba a cargo del servicio de inteligencia militar.
Añadió que el Pentágono intenta utilizarla de “chivo expiatorio”, culpándola por los abusos para que no se extienda la responsabilidad a otros oficiales de más alto rango en la jerarquía militar.
Karpinski dijo también que se debería preguntar al general Ricardo Sánchez, jefe de las tropas de Estados Unidos en Irak, qué sabía de los abusos y cuándo lo supo.
Según publicó hace unos días el diario estadounidense “Washington Post”, que obtuvo documentos militares confidenciales, Sánchez autorizó los abusos cometidos a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib.
Varios soldados estadounidenses enfrentan procesos en tribunales militares por su presunta participación en abusos cometidos contra prisioneros iraquíes.
El escándalo estalló con la publicación en abril de imágenes de detenidos desnudos siendo abusados por soldados estadounidenses.
