Los Ángeles, EU.- Alex Zivojinovich, guitarrista principal de la agrupación canadiense de rock progresivo, Rush, inició el año en la cárcel, con la nariz fracturada y escupiendo sangre, tras haber sido arrestado durante el festejo de Año Nuevo en el hotel Ritz-Carlton de Naples, en Florida, como consecuencia de una pelea con la policía.
El músico de 50 años, cuyo nombre artístico es Alex Lifeson, enfrenta seis cargos, siendo los de insultos a oficiales, violencia física hacia la policía e intoxicación alcohólica desordenada.
El incidente inició, de acuerdo con la versión oficial, cuando Justin Zivojinovich de 33 años, hijo del guitarrista, se negó a abandonar el escenario del hotel, donde estaba cantando.
“Voy a cantarle una canción a mi esposa”, exclamó Justin, de acuerdo con el reporte de seguridad del hotel; después de ello, intentaron bajarlo por la fuerza.
Poco después, el oficial Knott arribó al lugar, para detener a Justin, pero en ese momento, el padre se interpuso en el camino, afirmando que no se llevarían a su hijo.
De acuerdo con el informe oficial, Knott advirtió a Alex que si no se movía sería arrestado, por obstruir una operación de la justicia, y la respuesta del guitarrista de Rush fue la siguiente: “Méteme a la cárcel, me vale, es la pin... víspera de Año Nuevo”.
Después comenzaron los empujones y golpes: Alex arrancó el radio del oficial Knott para evitar que llamara refuerzos, y empujó a otra oficial, Corporal Stanford, por las escaleras, de tal forma que tuvo que ser tratada por médicos.
Para evitar que la situación se agravara, Knott se vio obligado a utilizar su pistola de dardos tranquilizantes para detener a Justin y Alex.
Además de padre e hijo, Michelle, la joven esposa de Alex -de 30 años-, fue arrestada, pues también tomó parte en la pelea.
Al día siguiente, la versión de Justin, quien ya había abandonado la prisión, fue muy distinta a la del informe oficial.
“Sólo estaba cantándole a la gente, sólo dije ‘Feliz Año Nuevo’ y de repente alguien estaba llamando a gritos a los guardias de seguridad. No hubo violencia de nuestra parte”, aseguró. “Me pidieron que me fuera y dije: ‘ok, me voy; voy por mi esposa y me voy’”.
“Pero no querían eso. No querían que me fuera así nada más, sintieron que de esa forma perderían. Decidieron agraviarme. Me aturdieron, al igual que a mi padre, con una pistola tranquilizante”.
Hasta el día de ayer, el guitarrista de Rush permanecía en la cárcel, esperando la sentencia por sus agravios.