El País
Madrid, España.- Está en su mejor momento en bastante tiempo, a la espera de un hijo, fruto de su relación con el que es su marido desde el cinco de diciembre del año pasado: el músico británico Chris Martin, del grupo Coldplay. Esto llega después de un año muy triste para Gwyneth Paltrow, tras la muerte de su padre, el director Bruce Paltrow.
Ahora parece haberse servido de esa tristeza personal para interpretar a la poetisa Sylvia Plath en Sylvia, una cinta sombría sobre su tumultuosa relación con el poeta británico Ted Hughes.
También ha terminado de rodar Sky Captain and the World of Tomorrow, una película de ciencia-ficción bastante peculiar en cuyo reparto le acompañan Jude Law y Angelina Jolie y Proof, con Anthony Hopkins y Jake Gyllenhaal, a las órdenes de John Madden.
¿Cuál es su relación con la poesía en general y en particular con la obra de Sylvia Plath?
Crecí leyendo mucha poesía, porque en las escuelas a las que fui le daban mucha importancia. Por eso tengo la suerte de haber llegado a comprender el lenguaje poético, que es una maravilla porque un poema bien escrito puede conectar completamente con tus sentimientos muy rápidamente. Con respecto a Sylvia, creo que he llegado a entender mejor sus problemas que los de otros personajes que he interpretado. Y eso se debe a que su poesía es fiera y terrible, y las imágenes que utiliza son muy poderosas.
Mientras Sylvia se derrumbaba, usted pasaba por la muerte de su padre. ¿Le ayudó a profundizar en su personaje?
Sí, porque los meses que siguieron a su muerte fueron de sufrimiento, ese tipo de emociones me sirvieron e influyeron mucho en mi forma de interpretar. Resultaba extraño cómo se parecían nuestras realidades y cómo, rodando algunas escenas, no sabía si aquello era la vida real o no. Y emocionalmente no fue nada fácil, fue muy duro y agotador. Durante el tiempo que duró el rodaje estuve en un lugar muy oscuro. Interpretar ese personaje fue una vía de escape, dejar salir esos sentimientos cada día fue catártico.
¿La interpretación funciona como un terapia para usted? ¿Le ayuda a entender qué quiere de la vida?
Sí, porque ese nivel de expresión y exploración, el nivel de conciencia propia que se adquiere al explorar la vida de otra persona y cómo se refleja en la propia, ayuda mucho. Y al emprender ese proceso de excavación es como si de pronto lo vieras todo claro respecto a tu propia vida.
Sylvia se convirtió en una heroína para muchas mujeres de los sesenta como personificación del conflicto entre desarrollar una actividad creativa y, al mismo tiempo, cumplir con las obligaciones de una esposa y madre. ¿Le satisface que las mujeres de hoy tengan más posibilidades de elegir?
Claro. En los cincuenta había unos patrones muy estrictos sobre cómo debía ser una mujer. Fue una época en la que todo el mundo tenía el mismo aspecto. Y supongo que ella tuvo que soportar una presión enorme. Afortunadamente, ahora somos mucho más libres y la sociedad no nos estigmatiza por querer trabajar o por trabajar y no tener hijos hasta que tenemos una cierta edad.
¿Hay un motivo por el que los artistas a menudo se torturan hasta rayar en la locura? ¿Se siente así alguna vez?
Creo que la razón por la que una buena parte de los artistas con mucho talento están locos o son muy excéntricos o muy sensibles es porque son personas muy emotivas. Y en muchas ocasiones no son capaces de separar la parte intelectual y la emocional.
Pero para eso son artistas, para abrirles los ojos a los demás sobre lo que de verdad es importante, lo hermoso que es estar vivo, lo frágil que es una vida. Nunca he pensado que pudiera estar perdiendo la cabeza, aunque sí ha habido momentos en que he estado muy triste. Y entiendo cómo alguien puede pasar ese límite. Hay actores que están completamente locos, he conocido a unos cuantos, pero supongo que son gafes del oficio.
¿Cómo reaccionó su padre cuando le dijo que quería ser actriz como su madre?
Mis padres no me dejaban actuar cuando era pequeña porque querían que fuera al colegio, que tuviera una infancia y una educación normales. Pero que si al ser mayor de edad todavía quería dedicarme a eso me apoyarían. Creo que los padres no deberían dejar a sus hijos empezar en este mundo demasiado pronto.