14 de febrero de 2004.
REYNOSA, Tamps., (SUN-AEE).- Entre risas, y en medio de un clima gélido y lluvioso, el presidente Vicente Fox no eludió opinar sobre aquellos que aspiran llegar a la Presidencia de la República: "Pues nada más saludarlos, que trabajen fuerte, que se la ganen", expresó Fox abierto y sin evadir la pregunta.
No sucedió así cuando se le preguntó su opinión sobre el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Fox mantuvo un breve silencio, mientras todos esperaban expectantes su respuesta.
"No, ya no me metas en más", fue la respuesta que dio Fox sobre este tema, quien entre dientes lanzó un lamento: "¡Ay, este amigo (Carlos) Salinas!" Y es que días antes el ex presidente Carlos Salinas opinaba en los medios sobre el asesinato del entonces candidato del PRI a la Presidencia, Luis Donaldo Colosio, lo que volvió a encender el ambiente político por ese hecho.
Tras la expresión de Fox, dio la espalda a sus interlocutores y avanzó hacia el helicóptero que lo había transportado hacia un campo ubicado en Tejón, Reynosa, donde iniciaron las obras de ampliación de la carretera San Fernando-Reynosa. El frío apretaba, era intenso mientras la lluvia empapaba a todos.
El Presidente cumplía una gira de trabajo por el estado, el que visitaba por decimoquinta vez, y flotaba en el ambiente el tema de los aspirantes a sucederlo en la Presidencia de la República.
Esto contagió al propio secretario del Trabajo, Carlos Abascal, quien en una reunión con empresarios del estado que encabezó Fox Quesada, presentó al gobernador Tomás Yarrington como "presidente constitucional".
La risa de todos estalló, incluyendo la de Vicente Fox, quien festejaba la pifia de su secretario del Trabajo, quien trató de corregir: "Iba a decir presidente del DIF estatal".
Y de nueva cuenta la risotada de los asistentes a la comida realizada en un lujoso hotel de Ciudad Victoria.
El gobernador Tomás Yarrington se sumó al desliz de Carlos Abascal, a quien le dio las gracias por la designación.
"Ya como quiera yo le estaba diciendo al señor Presidente que era un muy buen secretario", y las carcajadas abiertas retumbaron en el salón.