A partir del 19 de enero, Miguel Ángel Rodríguez impartirá un taller en el Icocult Laguna
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Dentro de las formas musicales, la sinfonía es quizás la más recurrida, sin embargo, ¿de dónde viene su estructura?, ¿por qué tiene tres, cuatro, cinco o más movimientos?, ¿en qué se diferencia del concierto?, ¿por qué su dinámica obedece rápido-lento-rápido (allegro-andante-allegro)?
Éstos y otros elementos serán tratados en el curso La Historia de la Sinfonía en los Siglos XVII y XVIII, a cargo de Miguel Ángel Rodríguez, mismo que iniciará el miércoles 19 de enero en horario de 7:00 a 9:00 de la noche.
El curso constará de cuatro sesiones que se llevarán a cabo únicamente los miércoles, en las instalaciones del Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult) Laguna.
También se abordarán temas como la ópera y la danza como orígenes de la sinfonía, la forma sonata, la familia Bach, Mozart y Haydn, Beethoven y sus sinfonías, entre otros más.
Cuando se habla de clasicismo o de romanticismo, por dar un ejemplo, no se hace más que dar una idea más o menos cercana sobre la actitud estética de un hombre o de una época.
El clasicismo musical tiene su apogeo en el siglo XVIII. Haydn, Mozart y Beethoven, creadores de la música instrumental moderna, sintetizan las virtudes de esta escuela.
Su cualidad fundamental es el equilibrio, que distingue a todo arte clásico, entre armonía y melodía, entre forma y expresión; el ajuste perfecto de todos los elementos, físicos y espirituales, que integran el edificio sonoro. Razón, imaginación y sensibilidad se enfrentan y complementan en un acuerdo perfecto.
Frente al marcado objetivismo, con predominio de la forma, que significó la ciencia contrapuntística (combinación simultánea de dos o más melodías; un ejemplo típico de contrapunto es la ronda), inmediatamente anterior al estilo clásico, y frente al subjetivismo que trajo consigo la escuela romántica, inmediatamente posterior.
La música de Haydn, Mozart y Beethoven se sitúa en un justo medio, en un punto de intersección, que no responde a fórmulas preestablecidas, sino que ha sido un momento en la vida de la humanidad, una atmósfera del espíritu, bajo cuya sombra vieron la luz tan excelentes creaciones.
Mucha música se escribirá después, genios de talento infinito enriquecerán nuestra herencia artística, pero ya nunca volverá a encontrarse el secreto mágico de ese equilibrio misterioso que aureola la obra de estos titanes. El idioma lo impone el gusto del día, pero los pensamientos corren debajo con fuerza arrolladora y nos llegan con la misma frescura y encanto que tuvieron cuando fueron escritos sobre el pentagrama. Haydn y Mozart representan uno de esos momentos cumbres en la historia de cualquier arte, donde, de pronto, se cristaliza la perfección.
Los grandes maestros
Este breve periodo, que abarca la segunda mitad del siglo XVIII, tiene en Alemania su principal expresión, y está dominado por las figuras de Gluck , Joseph Haydn y Wolfgang A. Mozart.
El periodo clásico aportó mejoras técnicas en todos sus aspectos y la adopción de un ideal de perfección basado en el equilibrio entre el sentimiento y la razón. Las obras maestras se sucedieron: en el terreno escénico surgieron los singspieler El Rapto del Serrallo y La Flauta Mágica, partitura con la que Mozart sentó los cimientos de la futura ópera alemana, y las tres óperas bufas con libreto de Lorenzo Da Ponte, Las Bodas de Fígaro, Don Giovanni y Così Fan Tutte, en las que se superaron las convenciones del género.
Además el curso tratará también la producción sinfónica de Mozart, en especial sus tres últimas sinfonías, en las que anticipó algunas de las características del estilo de Beethoven, y sus siete últimos conciertos para piano y orquesta, sus cuartetos de cuerda, sus sonatas para piano o el inconcluso Réquiem. Todas sus obras de madurez como expresión de un mismo milagro.
No sería posible tratar un curso de historia de la sinfonía, del cuarteto de cuerda o de la sonata para piano sin dedicar un capítulo a Joseph Haydn, el máximo exponente de la Viena clásica. En el desarrollo de la ópera, sin embargo, Haydn es una figura estimable e incluso genial pero un tanto marginal. Las trece partituras que se dieron a conocer han sido siempre material periférico hasta su redescubrimiento a mediados del siglo pasado, sobre el escenario y particularmente en discos.
El maestro Miguel Ángel Rodríguez cuenta con una amplia experiencia musical, avalada por los estudios de violín que realizó de 2001 al presente año con los maestros Mihail Kousnetsov y con Tatul Yeghlazarian; además, se desempeñó como violinista del Ensamble Argonautas, agrupación dedicada a la investigación, recuperación e interpretación de música griega clásica y tradicional de los siglos XVIII y XIX, del año de 1999 hasta 2001.
Es maestro de música en bachillerato modular bilingüe de la Universidad Autónoma del Noreste (UANE) y desarrolla programas de aprendizaje acelerado, con base en la música en una compañía industrial desde 2001 a la fecha.
Actualmente, es coordinador del área de capital intelectual en una compañía industrial desempeñando tareas relacionadas con el desarrollo de programas de autoaprendizaje, aprendizaje integral, valores corporativos, creatividad y administración del conocimiento.
Entre sus múltiples conocimientos, Miguel Ángel domina los idiomas ingles, francés, alemán, griego moderno y japonés.
Es también profesor de idioma japonés en la Universidad Iberoamericana (UIA) Torreón y de liderazgo en la maestría en efectividad organizacional en la UANE.
La forma sonata
El cuerpo principal de las obras de música pura lo constituyen las composiciones de forma sonata, o sea las que están integradas por tres movimientos o tiempos; uno, movido y muy desarrollado; otro, lento; y el último, rápido, a los que se les intercala casi siempre un cuarto movimiento en aire de danza o scherzo.
Estas obras de forma sonata son: la verdadera sonata, cuando es para un solo instrumento; sonata para piano, órgano, guitarra, violín solo; o para piano y otro instrumento; sonata para piano y violín, o violonchelo, o clarinete, o trompeta y otros.
El dúo, si es para dos instrumentos de tipo monofónico: dos violines, violín y violonchelo, flauta y viola. El trío, cuarteto, quinteto, sexteto, septeto o septimino, octeto, noneto, doble quinteto que es para tres y cuatro instrumentos, con piano o sin él.
Le sigue la sinfonía, que es la forma sonata para orquesta. Y por último el concierto, sonata o sinfonía para un instrumento solista y orquesta: concierto de violín, de violonchelo, de piano y otros.
OBRAS MÁS FAMOSAS
Durante el siglo XVIII, cada autor se sirvió de la estructura de la forma sonata para elaborar su propio cosmos musical.
LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827)
-La Novena Sinfonía (1824).
-Concierto para Piano Nº 5, Emperador Opus 73 (1809).
-Sonata Nº 14 Claro de Luna (1801).
-Concierto para Violín Opus 61 (1806).
-La Misa Solemnis Opus 123 (1823).
-La Séptima Sinfonía (1812).
La Sexta Sinfonía La Pastoral (1808).
La Quinta Sinfonía Del Destino (1808).
La Tercer Sinfonía La Heroica (1804).
WOLFANG AMADEUS MOZART (1756-1791)
-La Flauta Mágica (1791).
-Las Bodas de Fígaro (1786).
-Don Giovanni (Kv. 527).
-Réquiem en Re Menor (1791).
-Sinfonía Nº 40 K. 550 (1790).
-Sinfonía Nº 41 Júpiter K.551 (1791).
-Concierto para Arpa y Flauta K.299 (1777).
JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750)
-Los Conciertos de Brandenburgo (B.W.V. 1046-1051).
-Misa en Si Menor (B.W.V. 232).
-Magnificat (B.W.V. 243).
-La Pasión Según San Mateo.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón