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DE LA REDACCIÓN.- Un día después de que los miembros del Consejo Episcopal Latinoamericanos (Celam) expresaron su preocupación por la fragilidad de las democracias en la región, que pone en entredicho la gobernabilidad, -y la creciente pobreza económica, educacional, tecnológica y moral-, la violencia en Haití se recrudece. Rebeldes enfurecidos mataron ayer a un jefe de policía y dos guardaespaldas, en la localidad de Hinche.
Haití, el país más pobre de América, vive una grave crisis política acentuada en las últimas semanas con los actos de protesta organizados por los grupos de oposición que piden la dimisión del presidente, Jean Bertrand Aristide.
El incidente en Hinche, en la provincia de Plateau Central y próxima a la frontera con República Dominicana, se suma a los actos de violencia que se vienen registrando en varias ciudades del norte de Haití.
La falta de alimentos, agua y medicinas en esa zona amenaza con crear una catástrofe humanitaria.
Aristide dijo ayer que todo lo que ocurra cerca de la frontera con la República Dominicana afecta a ambos países así como a las naciones cercanas e indicó que situaciones como éstas incrementan la salida de haitianos hacia el vecino país.
Por su parte, el Coordinador de la Organización del Pueblo en Lucha (OPL), Gérard Pierre Charles, describió que la atmósfera de temor ante las amenazas y agresiones está afectando al movimiento democrático de Haití.
“Hay rumores de asesinatos de dirigentes políticos y una fuerte represión en varias ciudades, particularmente Cabo Haitiano y Saint Marc (norte)”, declaró Charles.
Habló también de “rumores de golpe de Estado, propagados por el poder” y de la nueva situación creada en Haití por la toma, el pasado día cinco, de la ciudad de Gonaives (norte) por el Frente de Resistencia Anti Aristide.
Aunado a la tensa situación de la zona, Amnistía Internacional (AI) denunció ayer que antiguos líderes paramilitares, condenados por cometer abusos contra los derechos humanos, están azuzando algunos incidentes cometidos en los últimos días en Haití.
“El espectro de pasadas violaciones de los derechos humanos sigue persiguiendo a Haití”, apuntó AI, que señaló que el conflicto “se ha cobrado ya demasiadas vidas”.
“En este momento crucial, cuando la Ley es tan frágil, lo último que necesita ese país es que los que cometieron abusos en el pasado adopten posiciones de liderazgo en la oposición armada”, agregó Amnistía en un comunicado emitido desde su sede de Londres.
Amnistía Internacional indicó que, el día 14, Louis Jodel Chamblain, un conocido antiguo líder paramilitar, anunció que se había unido al movimiento armado que busca la caída de Aristide.
AI recordó que Chamblain fue condenado en ausencia, junto a otros seis militares y paramilitares, por su implicación en la ejecución extrajudicial en 1993 del activista Antoine Izméry, pero que se exilió para evitar la cárcel.
Además varios testigos dijeron que vieron en Gonaives a Chamblain, ex soldado que lideró los escuadrones de la muerte en 1987 y al ex jefe policial Guy Philippe, que huyó a República Dominicana tras ser acusado por el Gobierno de impulsar un golpe de Estado en 2002.
En un vídeo obtenido se ve a Philippe riendo el sábado pasado en Gonaives junto a un grupo de rebeldes.
Philippe dijo que desde que se fue de Haití en 2000 estuvo en República Dominicana y Ecuador, donde recibió entrenamiento policial y aprendió inglés.
Indicó que regresó para luchar por el pueblo y que no tiene aspiraciones políticas. Philippe sostuvo que los rebeldes tienen un arsenal de armas y que no cree que Estados Unidos esté interesado en impulsar otra intervención.
La organización defensora de derechos humanos indicó además que otro de los líderes es Jean Pierre Baptiste, conocido como Jean Tatoune, quien fue un destacado dirigente paramilitar sentenciado por su participación en la masacre de Raboteau en 1994.
Junto a un grupo de prisioneros, Jean Tatoune se escapó de la prisión de Gonaives en 2002, explicó Amnistía.
“Las autoridades de Haití deben hacer todo lo posible para arrestar a esos individuos, que ya han sido condenados por serias violaciones”, indicó Amnistía.
Esa organización pidió además a la oposición que “condene la aparición de esas figuras notorias en el liderazgo del movimiento para echar a Aristide y haga todo lo posible para demostrar su compromiso con los derechos humanos y el estado de derecho”.
Presión europea
La Unión Europea (UE) pidió ayer a todas las fuerzas políticas de Haití “sin excepción” que se abstengan de cualquier tipo de comportamiento violento, afirma una declaración de la presidencia irlandesa de turno de los Quince.
“La UE está muy preocupada por los recientes episodios de violencia” que se viven en algunas ciudades del país y considera que la crisis “debe resolverse pacíficamente, a través del diálogo y el compromiso”, señalan los Quince.
En la declaración, los Quince alertan de que el deterioro de la situación de seguridad en el país “se ha visto acompañado de serias violaciones de los derechos humanos y de las reglas democráticas”.
Asimismo, recuerdan que el presidente Aristide aceptó el pasado 31 de enero el plan de paz propuesto por la Comunidad Económica del Caribe (Caricom), en el que uno de los puntos clave era el derecho a las manifestaciones pacíficas.
En este sentido, instan a las partes implicadas a respaldar el plan de Caricom y piden a las autoridades del país que “honren los compromisos del presidente Aristide y los pongan en práctica, conforme a los plazos fijados en el plan de acción”.