Pekín, (EFE).- Un grupo de arqueólogos ha descubierto los restos de tres edificios a orillas del río Qianhe, que según los expertos evidencian la existencia de una red de transporte fluvial hace 2.000 años en el norte de China, informó la prensa oficial de este país.
Los edificios, seguramente tres almacenes, estaban interconectados por barcos, lo que permitía transportar productos a través del río, un subafluente del Amarillo.
El sistema de transporte estaba situado en las cercanías de un palacio que según los arqueólogos sirvió para ofrecer sacrificios a los dioses durante las dinastías Qin y la Han del Oeste (desde el 221 hasta el 24 antes de nuestra era).
De acuerdo con el arqueólogo Tian Yaqi, director del equipo responsable del hallazgo, la red fue creada para abastecer al palacio de los bienes necesarios para los sacrificios (ganado, alimentos y otros productos ofrecidos a los "emperadores celestes").
En el lugar también se han encontrado monedas, objetos de metal, restos de construcciones y otros vestigios que según los arqueólogos servirán para conocer mejor el transporte, el armamento militar y las técnicas de edificación durante las dinastías Qin y Han, las primeras de la civilización china.
El transporte fluvial en las cuencas del Amarillo y Yangtse estuvo muy desarrollado durante la mayor parte de la historia china, y el mejor exponente de ello es el Gran Canal que unía la cuenca del Amarillo, en el norte, con la del Yangtse en el sur.
El canal fue ampliamente elogiado por Marco Polo en el siglo XIII durante su célebre viaje a China, y algunos de sus tramos en el delta del Yangtse se siguen utilizando hoy en día como principal vía de transporte de personas y carga.