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MÉXICO, DF.- Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encontraron en la ladera sur del cerro de Chapultepec una serie de vestigios pertenecientes a la cultura teotihuacana, excavación a cargo de María de la Luz Moreno y Rocío Morales.
Hasta el momento se han establecido dos poligonales en el área, una de veinte metros cuadrados, donde se encontraron el mayor número de objetos, vasijas en su mayoría, un entierro que probablemente sea el de un niño; y el muro de una construcción de seis metros cuadrados que por su ubicación y tipo de acabados, los especialistas suponen eran de uso habitacional.
Las investigadoras comentaron que los primeros hallazgos realizados en las faldas del cerro fueron realizados en el año 1965, cuando se encontraron en la cima y en el costado norte, algunas construcciones y un objeto de roca que está asociado al uso astrológico, ambos pertenecientes al Periodo Posclásico y a la cultura mexica.
La siguiente intervención del sitio se produjo en el año 1998, en las inmediaciones del Castillo de Chapultepec y que permitieron dar con esta nueva serie de objetos prehispánicos.
Moreno señaló que la importancia de este descubrimiento radica en que por primera ocasión se tienen elementos que comprueban la presencia de los teotihuacanos en la cuenca del Valle de México y su relación posterior con los mexicas.
Respecto a las características de los objetos encontrados, detalló que las vasijas fueron hechas en el momento de mayor auge de Teotihuacan, pues coinciden con otras halladas en esa ciudad, cuyos estudios previos permitieron establecer esta relación; al mismo tiempo, queda claro que la ubicación de las piezas deja ver parte del proceso de poblamiento del lugar por esta cultura.
Respecto al entierro, comentó que hasta el momento se ha podido establecer que se trata de un infante, que debió formar parte de una familia sin relación con la jerarquía del lugar, es decir, los restos se encuentran en un conjunto de uso habitacional y no ritual.
Para Rocío Morales, responsable de la intervención arqueológica en los dos sitios, se trata de una pieza que ayudará a armar el rompecabezas de las primeras culturas que habitaron el Valle de México, y en este caso, confirmar la presencia teotihuacana en la zona.
