AYRSHIRE, ESCOCIA.- El estadounidense Todd Hamilton, de 38 años, abandonó ayer una larga trayectoria profesional sin brillo al imponerse en el 133 Abierto Británico de golf disputado en el Royal Troon escocés, el tercer torneo de Grand Slam de la temporada y primero que consigue el jugador norteamericano.
Hamilton, rodeado en la lucha por el título por jugadores con gran pedigrí, conservó el liderato con el que afrontó los últimos 18 hoyos del torneo a base de no poner nunca la quinta marcha.
El jugador quincuagésimo sexto del mundo antes del Abierto, 500-1 en las apuestas y con sólo un triunfo de relieve en el PGA Tour este mismo año después de un periplo por circuitos de otros continentes, es decir Hamilton, deberá enmarcar a su mejor palo hoy para el título: un híbrido de 14 grados, un palo mixto que mezcla la naturaleza de las maderas y hierros y que el norteamericano manejó ayer a la perfección.
Hamilton afrontó la jornada final como líder, acosado por los mejores del mundo en este deporte (Els, Mickelson, Tiger Woods y Goosen). El estadounidense soportó el liderazgo, se aferró ayer a su mejor palo (el citado híbrido), jugó como los ángeles alrededor de "green" y, tras superar a Ernie Els en los cuatro hoyos del desempate, levantó la Jarra de Plata.
El triunfo vino precedido, pues, de un desempate a cuatro hoyos, después de que tanto el norteamericano como el sudafricano Ernie Els acabaran los 72 hoyos con 274 golpes (diez bajo par).
El insospechado nuevo campeón, un hombre que colocó su punto de mira en otros Tours (cuatro victorias en Japón) ante la incapacidad de ganarse la vida en el de su país, escapó por fin de todos sus prejuicios ante los mejores de este deporte, una labor que comenzó en marzo de este año al ganar su primer título en el PGA Tour, el Honda Classic, tras conseguir la tarjeta en la Escuela.
Un "bogey" del sudafricano en el par tres del hoyo 17, el penúltimo del desempate, le llevó en desventaja hacia el definitivo 18, en el que ambos golfistas cumplieron el par.
Poco antes de ese desenlace, todavía en el "tiempo reglamentado", Els no supo rematar a su rival en el hoyo 18, al desperdiciar un "putt" de tres metros para "birdie", traicionero por la caída pero que le hubiese proporcionado su segunda victoria en este torneo.
Con el triunfo de Hamilton, el Abierto Británico repite parcialmente la historia del año pasado, además de que supone el cuarto de un golfista estadounidense en las últimas cinco ediciones.
Como ocurriera con el también estadounidense Ben Curtis en 2003, a quien nadie conocía antes del Abierto, Hamilton rompió los pronósticos y proporcionó otro "pelotazo" en las apuestas, aunque el nuevo campeón tuvo que desgastar en 18 hoyos a sus dos máximos rivales para el tramo final: el sudafricano Ernie Els (segundo del mundo) y, antes del desempate, al estadounidense Phil Mickleson, el último vencedor del Masters de Augusta y tercero al final en la clasificación.
El trabajo de los españoles resultó muy discreto, con Miguel Ángel Jiménez e Ignacio Garrido, respectivamente, en los puestos 47 y 54.
Hamilton se embolsó 1.078,430.40 euros por el título.